Nomadismo en el ciberespacio

Yoani Sánchez

26 de octubre 2009 - 04:29

Cómo me gustaría que Generación Y tuviera uno de esos dominios “.cu” que indican su origen en territorio nacional. Daría mi mouse y la mitad de otro por ir a una oficina y decir “Señorita, por favor, vengo a hospedar mi blog en un servidor dentro de esta isla”. Pero esa posibilidad nos está vedada a los cubanos, pues el Estado aquí no es sólo dueño de todas las fábricas, las escuelas, las tiendas y los latones de basura, sino también patrón absoluto de la parcela de ciberespacio que nos corresponde.

Sólo las instituciones oficiales pueden tener una de esas direcciones web que señalan hacia esta “isla de los desconectados”. El mismo filtro político que condiciona si una persona puede viajar, comprar un auto o graduarse en la universidad, funciona a la hora de lograr una URL nacional. De ahí que poseer un sitio doméstico sea más una señal de sumisión que de criollismo, una clara pista de la anuencia estatal que está detrás de ciertas publicaciones. Por eso prefiero contarme entre el grupo de “indocumentados en la red” que hemos logrado hacer un palenque lejos de esos rígidos capataces.

Hubiera querido desarrollar esta tesis de nuestra indigencia como internautas en el Palacio de las Convenciones, la semana pasada, durante el evento de FELAFACS*. La cita tuvo esos aires de debate que corren cuando hay invitados extranjeros. Sin embargo, excluyó a los que –en el propio patio– tienen criterios diferentes. Se presentó una ponencia –procedente de Brasil– titulada “Generación Y e Nomadismo Ciberespacial: reflexões sobre formas de pensar na era digital” de los académicos Angela Schaun y Leonel Aguiar, que fue leída por el colega José Mauricio Conrado Moreira da Silva. Una exaltada profesora universitaria arremetió contra el ponente, recordándole que GY está ubicado fuera de Cuba. Lo que no le dijo –porque la omisión es el embalaje en que se envuelve la mentira– es que sólo así ha podido existir, que únicamente lejos un ciudadano puede tener su propio espacio de opinión.

Cual cimarrón que ha probado el gusto del monte virtual, ya no puedo regresar al cepo, el látigo y los grilletes. Mi blog algún día encontrará espacio en un servidor de esta Isla y –créanme– no tendrá para ello que pasar por el aro de la pirueta ideológica.

*XIII Encuentro latinoamericano de facultades de comunicación social.

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