En ausencia y con cariño

Yoani Sánchez

29 de octubre 2009 - 20:27

He olvidado la última vez que lloré, aunque no soy especialmente fuerte con los vaivenes de la vida, más bien me considero sensiblera y dada a la lágrima. Sin embargo, desde hace más de un año me he propuesto ser feliz a toda costa, darme tragos de placidez a la espera de tiempos peores. Me resisto a que me desdibujen la sonrisa, a que me conviertan en una paranoica que siempre mira sobre sus hombros para ver si la persiguen.

Esa infantil inclinación al retozo me ha permitido sobrellevar las negativas de viaje, el círculo radiactivo en el que intentan envolverme, los insultos, las campañas de difamación, el control de la policía política y hasta la neurosis de posibles micrófonos en mi casa. He tratado de celebrar incluso lo que me han quitado, como la posibilidad de viajar, asistir a la ceremonias de diversos premios, acceder a Generación Y desde las redes cubanas, contactar con muchos de mis amigos, entrar en eventos culturales en mi propio país y presenciar el lanzamiento de mis libros.

Precisamente hoy estoy ebria de satisfacción porque una compilación de mis textos, titulada “De Cuba, com carinho…”, se presentará esta tarde en Brasil. Atenta a las tres horas de diferencia que me separan de Rio de Janeiro, voy a festejar a las cinco de la tarde la bella edición de mis posts en portugués. Se me verán los dientes a varios metros de distancia, no sólo porque los tengo grandes y separados, sino por la carcajada permanente que llevaré colgada en la cara. Una risa corrosiva que no pueden entender los adustos rostros de quienes me han impedido llegar hasta allá; puñalada de regocijo que corta y atraviesa a quienes no saben manejar la inesperada alegría del cautivo.

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