Los brazos largos

Yoani Sánchez

02 de junio 2010 - 08:56

Con la blogósfera pasa como con otros fenómenos de nuestra realidad: tratan de dividirnos y separarnos colgando epítetos de “oficialistas” por allá y de “mercenarios” por aquí, sin percatarse de que con eso no pueden evitar el factor común que nos une a todos: las ganas de expresarnos. Sueño con ese momento en que Elaine Díaz pueda venir a dar una clase a la Academia Blogger sin perder por eso su trabajo y que Claudia Cadelo imparta –exonerada de un mitin de repudio– un seminario de Twitter en la Facultad de Periodismo. Me imagino la mesa de discusión que podrían hacer los periodistas independientes junto a aquellos afiliados a medios estatales, si a los primeros les reconocieran su existencia y a los segundos no les costara, un gesto así, el despido laboral.

¿Se imaginan a Esteban Morales, el académico que hace unas semanas escribió un artículo contra la corrupción, debatiendo con Oscar Espinosa Chepe sobre cómo encontrar soluciones a la catástrofe económica cubana? Piensen por un momento en el mismísimo Alfredo Guevara, que dictó una conferencia ante estudiantes universitarios, sentado en un panel de discusión al lado de Rafael Rojas o de Emilio Ichikawa. Voy más allá y pongo a Ricardo Alarcón otra vez frente a frente con el joven Eliécer Ávila para escuchar cuánto ha avanzado –o retrocedido– la situación nacional desde aquel enero de 2008 en que ambos tuvieron un diálogo. Todo eso –ya estoy entrando en el delirio– amenizado con un tema de Pablo Milanés y un montuno interpretado por la cálida voz de Albita Rodríguez.

Me creerán ilusa, pero siento que este trozo de tierra que habitamos no aguanta tantas divisiones. Cuadrículas, cercas, parcelas, fracciones, han terminado por comprometer y marcar un espacio y un tiempo que nos pertenece a todos. No sé qué esperan los otros, pero al menos Yoani Sánchez tiene el café caliente y la mesa servida para entablar esa conversación que debe comenzar por alguna parte.

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