De etiquetas y listas

Yoani Sánchez

23 de octubre 2008 - 10:19

 

Meter en gavetas, clasificar y etiquetar no es tarea sólo de oficinistas o burócratas. Hay quienes sienten un gusto especial en colgarle rótulos a los ciudadanos. El arte de ponernos en listas por categorías ha sido una práctica habitual durante las últimas décadas en Cuba. Un día vas a parar al directorio de los “incómodos” o al manso listado de los “colaboradores”. Las delaciones pueden sacarte del estante de los “seguidores” y llevarte al complicado file de los “enemigos”. Hay quienes entran al listado con las siglas “CR”, que representan el adjetivo más usado contra los que piensan diferente: contrarrevolucionario.

A los archivadores les saca del paso no saber en qué inventario van a poner a un individuo. Se molestan cuando sus viejas categorías no funcionan para los fenómenos que recién surgen. A estos “rotuladores de la opinión” les vendría bien incorporar nuevos adjetivos a su gastado repertorio, pues casi nadie pestañea ya cuando lo tildan de “empleado del Imperio”. La esquemática estantería donde han ido colocando a los cubanos está llena de comején, pero tristemente nosotros mismos seguimos usando los epítetos que “ellos” nos inventaron.

Me he negado a estar en cualquier lista y sin embargo ¡estoy en tantas! Preferiría, no obstante, la fila india de los que quieren terminar con esos ridículos catálogos de ciudadanos. Confío en que un día baste el gentilicio de esta tierra, para saber en cuál enumeración nos ubicamos todos.

Esa soy yo. ¿Y tú, en qué lista estás?

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