Duda y absolución, el teatro cubano aborda la pedofilia

La compañía Argos Teatro, dirigida por Carlos Celdrán, acaba de romper el silencio en la escena cubana ante la pedofília. (14ymedio)
La compañía Argos Teatro, dirigida por Carlos Celdrán, acaba de romper el silencio en la escena cubana ante la pedofília. (14ymedio)
Zunilda Mata

14 de agosto 2017 - 11:57

La Habana/El teatro cubano de los últimos años ha tocado historias de lascivia y recato, de crítica política o pura introspección, pero la pedofilia ha sido un tema ausente en su repertorio. La compañía Argos Teatro, dirigida por Carlos Celdrán, acaba de romper ese silencio con una puesta en escena sumamente polémica.

El público que asiste a la sala en la esquina de Ayestarán y 20 de Mayo, en La Habana, debe saber que Sistema: una trama inconveniente, escrita por Abel González, está basada en hechos reales. El detalle se omite en el programa, donde se describe la puesta en escena como "una metáfora de los conflictos políticos e ideológicos que definen la Latinoamérica de hoy".

Sin embargo, en lugar de un drama ubicable en Managua, Lima o Buenos Aires, el espectador se encuentra ante un caso real que saltó a la primera plana de los periódicos en Florida después de marzo de 2011: El arresto, durante una visita a Miami, del pintor cubano Agustín Bejarano acusado de conducta lasciva y abuso sexual contra un niño de cinco años.

'Sistema' está basada en el arresto, durante una visita a Miami, del pintor cubano Agustín Bejarano acusado de conducta lasciva y abuso sexual contra un niño de cinco años

La obra teatral pretende mostrarse como una reconstrucción pericial de los hechos pero opta por remarcar la supuesta inevitabilidad del delito, esa ananké griega que lleva al pintor, renombrado como Arturo y encarnado por el actor José Luis Hidalgo, a consumar los hechos que lo conducen a su propia tragedia.

La sensación de inevitabilidad que recorre la pieza fuerza las cuerdas del drama, pero deja un sabor amargo al tornarse en justificación del crimen y asumir el papel de abogado defensor que muestra los atenuantes jurídicos. El protagonista queda descrito en esta versión teatral como alguien "forzado por las circunstancias" a abusar de un infante.

Para lograr esa sensación de trampa por la que va rodando Arturo, el guionista presenta a Maikel, el padre del menor, interpretado por Alberto González, como un ser amoral, que besa en la boca al hijo y le ha puesto el nombre de Kevin en honor a un actor del cine porno gay. Para rematar, en una escena se sugiere que el pequeño "hace cosas con el perro".

En Sistema, a la manera de una saga de la película El bebé de Rosemary (1968), el personaje del niño –que solo aparece como voz en off– es propiciador y alentador del estupro, victimario que lleva al protagonista a ir en contra de lo establecido y hasta de sus propias intenciones.

Arturo, como un personaje de Sófocles, no logra resistir las tentaciones del entorno. La caída en ese negro abismo ocurre durante una parrillada cerca de la piscina en la casa de Sara, una prima de su esposa Dora, a la que da vida la actriz Yailin Coppola. El baile, las malas palabras y el alcohol van tejiendo los hilos que lo atan a su destino.

La relación lésbica entre Dora, en la piel de la intérprete Rachel Pastor, y Joanna, la galerista y abogada que encarna Maridelmis Marín, refuerza esa fatalidad, al sugerir que el protagonista vive una relación de pareja más basada en las conveniencias públicas que en en un intercambio carnal.

Greta, la psicóloga que forma parte de la investigación judicial, interpretada por Mariana Valdés, también contribuye a minimizar los cargos. Solo la madre de Kevin parece nadar a contracorriente y cuenta con toda crudeza verbal que el artista entró a la habitación del niño, "se sacó la pinga, se la puso en la mano al niño y le dio un beso en la boca".

La obra, con una lograda puesta en escena, excelentes actuaciones y una narración no cronológica, sucumbe al cuestionamiento ético del que no logra salir airosa. Su piedra angular se basa en que todo lo ocurrido ha sido un montaje, un agujero construido para que Arturo caiga y pierda el prestigio además de algunos miles de dólares.

La interpretación dramática de un hecho desnuda en 'Sistema' los límites del arte

El regreso a Cuba de Bejarano y su bajo perfil mediático desde que regresó en abril de 2014 obligan a preguntarse si esta puesta en escena busca limpiar su nombre o solo quiere ser el repaso de un caso alrededor del cual la intelectualidad oficial cerró filas y al que catalogó de "patraña miamense". ¿A qué viene esta nueva versión?

La interpretación dramática de un hecho desnuda en Sistema los límites del arte. La subjetividad y la justicia no son buenas compañeras y el lirismo rara vez funciona cuando de narrar la cronología de un crimen se trata. La exoneración de un individuo no es cuestión de metáfora, mucho menos cuando se vuelve discurso de reivindicación, acto de acompañamiento.

Agustin Bejarano, a pesar de los atenuantes que expone la obra, no sale airoso en la pequeña sala de la calle Ayestarán. Su caso pasó por debajo del telón en los medios de la Isla, por lo que con esta puesta en escena Argos Teatro asume la primicia, la historiografía y el sesgo, pero ni siquiera así logra absolverlo. A pesar de todos los esfuerzos.

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