Uva de Aragón acerca "las dos orillas"

La intelectual cubana radicada en Miami Uva de Aragón. (Facebook)
La intelectual cubana radicada en Miami Uva de Aragón. (Facebook)
Jorge A. Núñez

27 de febrero 2016 - 12:57

Pinar del Río/El libro El mundo y mi Cuba en el Diario, de la intelectual cubana radicada en Miami Uva de Aragón, esconde un espíritu inquieto que necesita comunicar, testimoniar el rico mundo interior y los afectos entrañables, los avatares de los exiliados, los dolores, las caídas, las esperanzas para Cuba, los desgarramientos, pero también celebrar la vida misma. En la obra presentada el pasado viernes en la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en el contexto de la XXV Feria Internacional del Libro de La Habana, hay espacio para lo anecdótico y lo familiar, lo universal, la cultura y la política, pues todo cabe en el corazón humano.

El texto fue publicado por la editorial Holguín y está conformado por una serie de artículos, que vieron la luz en el Diario Las Américas, periódico cuya sede se encuentra en Miami.

El libro, cuya compilación y el prólogo estuvieron a cargo de Vitalina Alfonso, es una ventana a la colaboración ininterrumpida de De Aragón con el Diario durante casi 30 años, en el que abarca un amplio espectro de temas agrupados en diversas secciones.

Uva de Aragón se exilió en Estados Unidos siendo una adolescente, en 1959. El ambiente de alto calibre intelectual, compromiso político y profunda raigambre en la cultura cubana por el que se vio rodeada desde su infancia, definió su vida posterior y su labor creativa, tanto en la amplitud de los temas tratados, como por el peculiar acercamiento a los mismos, donde gravita una profunda sensibilidad humana, un amor por Cuba despojado de radicalismos ideológicos, aunque no carente de pasión, y la mirada despierta de quien abraza la riqueza de la vida misma, en tanta variedad de manifestaciones.

La autodisciplina y el rigor periodístico no alcanzan a explicar por sí mismos la prolongada permanencia de su columna. Las páginas del libro muestran en un flashazo a los cubanos de la Isla cómo se vio ésta y el mundo desde afuera, particularmente en etapas de la historia del país en que parecía encerrado en la frontera impuesta por la burbuja informativa, alejado a la fuerza de otros referentes y bajo la presión de la sobrevivencia cotidiana. Todo esto ha sido transmitido a través del ejercicio de un periodismo libre, signado por el amor a la verdad y orientado desde sólidos principios morales del que mucho se tiene que aprender en Cuba.

Miami se ve cada vez más cerca, y no solo como fuente de remesas

De Aragón ha podido vivir el sueño dorado de cualquier intelectual exiliado: que su obra sea publicada y conocida en su patria, un hecho que marca un hito de esperanza para Cuba. En medio de noticias concernientes al incremento de los vuelos entre Cuba y Estados Unidos y los contactos en asuntos económicos, lo sucedido en la Feria del Libro resulta quizás menos ruidoso, pero es sin dudas mucho más extraordinario. Miami se ve cada vez más cerca, y no solo como fuente de remesas. Es muy notable leer en el prólogo de un libro publicado en Cuba la expresión "las dos orillas" para referirse a la Isla y a la comunidad cubana radicada en el exilio. No puede darse un auténtico diálogo con el vecino del norte sin una apertura sincera a los cubanos en la diáspora y de manera particular a la ruidosa ciudad del sur de Florida.

Con la publicación de El mundo y Cuba en el Diario algo más ha cambiado de manera radical e irreversible, y a un nivel muy profundo, para bien de todos los cubanos. Libros como este contribuyen a tender puentes, sanar heridas y alejar fanatismos, cuestionan hondamente las bases políticas que se consideraban intocables por décadas en Cuba, al tiempo que emplazan al lector cubano frente a la gran interrogante de qué quiere para el presente y futuro de su país. Nos ayudan a amar más intensamente la cultura cubana, a ver a nuestra patria muy por encima de las estrecheces geográficas o ideológicas, y muestran una vez más que los cubanos de todos los signos podemos entendernos, si somos capaces de poner por horizonte común el bienestar, la justicia y la prosperidad que tanto merecemos y necesitamos.

Libros como este contribuyen a tender puentes, sanar heridas y alejar fanatismos, cuestionan hondamente las bases políticas que se consideraban intocables por décadas en Cuba

La sala Lezama Lima de la Fortaleza de la Cabaña contó con un público numeroso en ocasión de la presentación, que fue también anunciada por la televisión. El hecho de que De Aragón viva fuera de Cuba no la convierte necesariamente en una desconocida, sobre todo por los viajes que ha venido haciendo a la Isla, los contactos académicos entre universidades de ambas orillas y con instituciones culturales del país, además de las relaciones personales que han surgido por el camino. Los lazos que ha tendido en un esfuerzo quizás discreto, pero muy constante, han dado sus frutos, y sin dudas este es el más trascendental. Años atrás hubiera sido impensable algo así. Por una parte, se trata de una intelectual reconocida con una postura clara en sus posiciones políticas que vive en Miami, lo cual es de por sí bastante sorprendente. Por otra, sus páginas son extraídas del Diario Las Américas. La autora misma ha manifestado que no sale de su asombro.

El texto fue presentado por Eugenio Marrón, editor del libro, y por Vitalina Alfonso, quien describió la historia del libro, la agrupación y selección de textos en diferentes secciones, y el orden cronológico. En palabras de la autora, es el texto que más alegría le ha proporcionado, por haber sido publicado en Cuba.

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