“El cine es mi lenguaje, mi casa”

Laura Ramos en la serie española 'Bandolera'. (Archivo de la actriz)
Laura Ramos en la serie española 'Bandolera'. (Archivo de la actriz)
Luz Escobar

16 de diciembre 2015 - 14:25

La Habana/Han pasado casi dos décadas desde que interpretó el personaje de la zorra en una versión de Pinocho para niños. Después, vimos su rostro en cintas como Cuarteto de la Habana, Las profecías de Amanda y Operación Fangio. Ahora, Laura Ramos es una actriz laureada también por sus trabajos en televisión y muy conocida por los espectadores en España, Colombia y Brasil. Este diciembre, la artista llegó a La Habana para asistir al Festival de Cine y conversó con 14ymedio sobre su carrera artística y sus retos personales.

Pregunta. ¿Cómo resumiría al público cubano su trabajo en estos últimos años?

Respuesta. Después de hacer mis primeras tres películas aquí, me fui a España donde participé en Adiós con el corazón y, posteriormente, me trasladé a Brasil para filmar El sexo lo cambia todo o Viva zapato (título bajo el que se distribuyó en ese país). También estuve en el reparto de una cinta española donde interpreté un personaje más pequeño y poco tiempo después me enrolé en una película brasileña, rodada en español, que se llamó El cayo de la muerte.

P. ¿Y en el teatro?

R. En medio de eso volví a Cuba, donde formé parte de la obra Chamaco, con Carlos Celdrán, quien en mi opinión es el mejor director de teatro que hay en la Isla. Con él recomencé mi carrera y a partir de ahí siento que maduré como actriz. Esa experiencia me dio muy buenas herramientas para mi trabajo, porque Celdrán conoce muy bien la técnica contemporánea de actuación.

"Sería ideal que un director se preparara no solamente para armar un escenario, sino que además comprendiera que el trabajo con los actores es fundamental"

P. ¿Ha trabajado con dramaturgos que se destaquen en la dirección de actores?

R. De manera general, a los directores les cuesta encontrar la manera de llegar a los actores, no saben cómo acercarse. Sería ideal que un director se preparara no solamente para armar un escenario, ubicar las cámaras o definir las imágenes que le gustaría obtener, sino que además comprendiera que el trabajo con los actores es fundamental. Lamentablemente, muchos están más enfocados en lo que tienen en su cabeza.

P. En el Festival de Cine, que acaba de concluir, vimos su rostro en la cinta Siempreviva dirigida por Klych López. ¿Satisfecha?

R. En la película hay cosas que nacieron espontáneamente a la hora de filmar. Algunos amigos me han dicho que me veo más madura en el personaje. Esta es una edad buena también para los actores, porque todavía tenemos juventud, pero ya atesoramos experiencia. Una de las cosas que cambia es la mirada. El peso de la mirada se me ha ido llenando de toda mi vida. Recuerdo que cuando era muy jovencita, el conocido actor Mario Balmaseda me dijo: "En el cine, lo más importante son las piedras". En esa frase, las piedras eran los ojos. El actor debe enfocarse mucho en trabajar la mirada.

P. Ha incursionado con fuerza en la televisión.

R. Sí. Me fui a Colombia, donde no me conocía casi nadie, hasta que obtuve un gran personaje en una serie de un año y la carrera empezó a ir sobre ruedas. Tenía poca experiencia en ese medio y tengo que confesar que subestimaba a los actores de televisión. Sin embargo, me di cuenta que hacer un buen trabajo allí es muy complicado y ahora me quito el sombrero ante quienes han pasado su vida trabajando para la pantalla chica.

"Fue maravilloso volver a rodar en Cuba después de mucho tiempo (...). Mientras estaba en el rodaje me acordaba de cuando empecé, de mis primeras películas"

P. ¿Considera que hay muchas diferencias entre el trabajo actoral para la televisión y los otros medios?

R. El ritmo es increíble. Mi primera experiencia en la televisión fue bastante dura, una escuela de cómo entender esa industria. No tiene los mismos tiempos del cine. Colombia es una plaza muy fuerte y exigente, donde hay que cumplir y cumplir. Eso me dio un buen entrenamiento y le estoy muy agradecida a la televisión porque aprendí mucho. Trabajé en la primera serie que abrió FOX, Tiempo final, inaugurando Fox Telecolombia para lanzar el Fox Latino.

P. ¿Tiene algún proyecto entre manos con un cineasta cubano o un guion sobre Cuba?

R. La verdad es que no, aunque me encantaría. Acabo de trabajar en la versión cinematográfica de las novelas del escritor Leonardo Padura. Ahí hago de Tamara, el amor de la vida de Mario Conde, interpretado por Jorge Perugorría. Fue maravilloso porque significó volver a rodar en Cuba después de mucho tiempo, a pesar de que el director era español y parte del equipo también. Mientras estaba en el rodaje me acordaba de cuando empecé, de mis primeras películas... me dio una gran nostalgia.

P. Entonces, ¿se decanta más por el cine?

R. El cine es mi pasión. El cine es mi lenguaje, mi casa. Por desgracia se ha convertido en un lujo y la televisión ayuda a sobrevivir como actor mientras se espera por una buena película.

P. ¿Cuál es su visión sobre los personajes femeninos en el cine cubano?

R. Muchos son pobres. Hay carencias a la hora de profundizar en la mujer, de entender realmente los mecanismos. Como es una cultura tan machista, casi siempre termina la mujer como símbolo sexual. Encontrar buenos personajes de mujer no es fácil, sobre todo en el cine y en la televisión. Por ejemplo, este personaje de Victoria en Siempreviva es los más difíciles que he hecho porque se trata de una mujer sometida, sumisa. Me costó mucho.

"Como es una cultura tan machista, casi siempre termina la mujer como símbolo sexual"

P. ¿Ha logrado escapar del encasillamiento?

R. Antes sufría y me lamentaba pensando que siempre me iban a dar el personaje de "la linda". Pero aprendí que una cosa no tiene que estar desvinculada de la otra, que lo más importante es que la historia y el personaje tengan algo que contar. Que sea un personaje con sustancia. Pienso que he tenido de todo. Algunos personajes han sido más simples. Pero no hay personajes simples. Yo, como actriz, puedo decidir si llenarlos o no.

P. ¿Y en cuanto a los guiones?

R. Veo una gran carencia. Me cuesta trabajo encontrar buenos guiones y buenos diálogos. Muchos se van a los extremos, a la chabacanería, para intentar hacerlo natural. Ahora me he topado con gente joven haciendo cosas interesantes y confío en que el cine cubano madure y abra los ojos al mundo, que se salga de lo tradicional y se atreva un poco más.

P. En estos momentos un grupo de cineastas exige una Ley de cine para Cuba. ¿Qué opina de eso?

R. Estoy de acuerdo con lo que sea que apoye los derechos y proteja a los creadores y a los actores.

"Quiero que la gente pueda conectarse desde sus casas y no sentados en la calle 23 como si fueran unos cocuyos en medio de la noche"

P. ¿Volverá a residir en Cuba?

R. Me he acostumbrado a ir de un lado a otro, aunque siempre vuelvo aquí. Me fui por la necesidad de expandirme, para tener mayores posibilidades. Si mañana aparece un trabajo de cinco meses, vengo feliz de la vida a filmar, pero instalarme a vivir en lo cotidiano quizá me cueste un poco más, porque realmente me cuesta mucho el día a día en Cuba. Ese resuelve aquí y allá. Es incómodo.

P. ¿Está esperanzada con la actual situación de Cuba?

R. Tengo una enorme esperanza de que la situación se haga más fácil a la hora de vivir, que no se pase tanto trabajo en el día a día para encontrar comida o conectarse a internet. Quiero que la gente pueda conectarse desde sus casas y no sentados en la calle 23 como si fueran unos cocuyos en medio de la noche. Los veo por la noche ahí todos con sus celulares en la oscuridad total.

Estoy pensando en serio en montar algo en Cuba. Hay tantas cosas por hacer, tantas cosas que hacen falta, que es una muy buena oportunidad para ayudar al desarrollo del país. Hay muchas cosas que arreglar en este país y quiero ser parte de eso y si tengo hijos quiero que crezcan y conozcan Cuba y estén en Cuba.

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