El sexto salón de arte, de provocación en provocación

Una pantalla la Plaza Vieja donde un hombre sigue las órdenes que le dictan por teléfono
Una pantalla muestra el exterior donde un hombre sigue las órdenes que le dicta el público desde el micrófono
Zunilda Mata

15 de septiembre 2014 - 14:00

La Habana/No han faltado sorpresas en la inauguración del sexto Salón de Arte Cubano Contemporáneo, que desde su arrancada apunta a que tocará los límites de la provocación artística y política. Bastaron unos minutos desde el inicio del evento, para que un hombre vestido con una chaqueta de gala y con grados de general se apareciera en calzoncillos, generando un gran revuelo entre asistentes, empleados y artistas congregados ayer en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales.

La muestra dio la oportunidad a un nutrido grupo de creadores, de exponer obras referidas al uso de las nuevas tecnologías. Como denominador común de todas ellas, estaba el encontronazo entre los más modernos artilugios tecnológicos, las apps y otras funcionalidades, en un contexto donde son vistos con recelos por las autoridades, que los estigmatizan y controlan su difusión.

Gran impacto causó la selección que hizo Reynier Leyva Novo en su serie El peso de la Historia, en la que el autor afirma que “los datos arrojados han sido computados con Ink.0, un software diseñado para calcular el área, volumen y peso de la tinta en documentos manuscritos e impresos”.

El área, volumen y peso de la tinta en (...) El Libro Verde de Gadafi, el Libro Rojo de Mao, Mi Lucha de Adolfo Hitler, El Estado y la Revolución de Lenin y La Historia me Absolverá de Fidel Castro

Lo más irreverente de la instalación de Leyva son los cinco textos escogidos para expresar volumétricamente la tinta consumida. El Libro Verde de Gadafi, el Libro Rojo con citas del presidente Mao, Mi Lucha de Adolfo Hitler, El Estado y la Revolución de Vladimir Ilich Lenin y La Historia me Absolverá de Fidel Castro “a simple vista” son rectángulos de mayor o menor tamaño pintados de negro y no fueron pocos los que intentaron descubrir algún trasfondo velado entre las pinceladas.

Muy concurridos estuvieron los espacios Enlace Compartido y SL Satelital y una juguetona experiencia en la que se podía mirar al exterior de la Plaza Vieja a través de un monitor, mientras allá fuera un hombre obedecía las órdenes que frente a la pantalla le dictaban por teléfono.

Entre las propuestas que recibieron una mejor acogida, destacó una laptop conectada al sitio digital Revolico, que desde hace varios años está bloqueado en las redes cubanas. ¿Grito contra la censura? ¿O simplemente facilitarle a la gente encontrar en el conocido portal de clasificados desde una cafetera o champú hasta un televisor pantalla plana? El enorme collage de Mabel Poblet, hecho con recortes de periódicos, también confrontó el fin de una época de rimbombantes titulares y palabras con la era del píxel y el kilobyte.

Sin embargo, la nota espectacular la puso un joven llamado Ramsi que se apareció con atuendos de alto oficial militar, con galones y condecoraciones incluidos, armado con una pistola de madera, pero en calzoncillos. Quizás no hubiera sido tan llamativo si las autoridades del salón no hubieran emprendido una tenaz -y ridícula o quizás preparada- persecución que terminó con la expulsión forzosa del perfomático artista.

Como ya se ha anunciado, la muestra seguirá hasta el 11 de octubre en medio de otras muchas de este Salón.

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