El béisbol en la Isla necesita de más sangre joven

Al encuentro con Nicaragua debieron acudir peloteros con menos experiencia en lugar de abusar de algunos jugadores productivos que ya han trabajado en exceso

Cuba ha ganado dos de los tres juegos del tope, concebido como parte del entrenamiento para el veraniego encuentro deportivo en Colombia. (La Prensa)
El equipo nicaragüense dejó mucho que desear después de que en los medios cubanos se hablase mucho sobre quienes serían los seleccionados. (La Prensa)
Ernesto Santana

28 de febrero 2018 - 16:23

La Habana/Los jóvenes deberían haber jugado más. En eso coinciden algunos comentaristas y seguidores que piensan que al encuentro con Nicaragua debieron acudir peloteros con menos experiencia, en lugar de abusar de algunos jugadores productivos que ya han trabajado en exceso.

En parte, por dudas como esas, por la inconsistencia de estrategias y métodos de quienes manejan el béisbol en el país, muchos aficionados se desentienden, o intentan desentenderse, de los avatares de la pelota nacional y aseguran que prefieren el béisbol de las Grandes Ligas.

La primera lista conocida de la selección cubana se filtró en un medio nicaragüense. Luego se informó oficialmente de cuál era el equipo y se vio que, por ejemplo, tenía un staff de pitcheo superior al que se llevó a la Serie del Caribe, donde se decidió prescindir de nuestro mejor cerrador histórico, José Ángel García.

Se desaprovechó un buen momento para que esos muchachos se pulieran y tampoco se le dio a Lázaro Cedeño ocasión a la defensa en alguna posición

No parecía respetuoso enfrentar a nuestros principiantes contra una selección nacional donde militan algunos jugadores con experiencia en el mejor béisbol del mundo, pero tampoco debió seguirse reclutando a atletas exprimidos en demasía que además, como Frederich Cepeda y Alexander Ayala, merece un respiro aunque aún estén en forma. El cansancio derrumbó a Lázaro Blanco.

Algunos opinan si no se les pudo dar mayor oportunidad de acción a los jóvenes convocados, ya que ese fue el fue el equipo (que además el propio mánager Carlos Martí reconoció más competitivo que el de Guadalajara). El jardinero Jorge Tartabull jugó muy poco, igual que el receptor Yunior Ibarra y el jugador de cuadro Yórbert Sánchez.

Se desaprovechó un buen momento para que esos muchachos se pulieran y tampoco se le dio a Lázaro Cedeño ocasión a la defensa en alguna posición, porque es quizás, hoy, el único slugger legítimo y no debiera ser confinado al puesto de bateador designado, donde en realidad no faltan atletas.

Uno se pregunta qué sentido tuvo este tope con Nicaragua. No había que empezar el primer día alineando con el banco, pero en el segundo y tercer juegos debió ser más fresca la novena al campo. Por otra parte, sigue sin saberse hasta cuándo se seguirá convirtiendo en relevistas a los pitchers abridores.

No son pocas las interrogantes que se abren para muchos aficionados y especialistas cuando revisan los dos últimos eventos en que han participado nuestros peloteros, a la que se añade la cuestión de si el tope contra Nicaragua parte de la preparación para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla a finales de julio.

El equipo nicaragüense dejó mucho que desear después de que en los medios cubanos se hablase mucho sobre quienes serían los seleccionados y sobre el trabajo que realiza Nemesio Porras –elegido mejor directivo de béisbol en el mundo en 2017–, renovando y fortaleciendo ese deporte en su país para que resalte más en el área.

También es preocupante, pero no sorpresivo, que ese equipo cubano no jugara muy convincentemente en el magnífico estadio Denis Martínez. Varias veces debió venir de abajo. El primer juego terminó cerrado y, en el noveno inning del tercer partido, los nicaragüenses estuvieron a dos outs de ganar. Por no hablar de la cantidad de hombres dejados en base y de las fluctuaciones ofensivas y de pitcheo. Los narradores cubanos insistían en convencernos de que aquello era un "juego bonito y entretenido".

Se espera ahora que en el tope contra los equipos mexicanos, del 2 al 8 de marzo, se afine la estrategia, se atraiga más a los aficionados y se obtenga más utilidad que anotarse victorias sin peso

Aparte de eso, no estaría mal que se aprendieran algunas lecciones en el modo en que se desarrolla el béisbol allí, con un evento de desarrollo, el Pomares, a nivel nacional –comparable al sub 23 cubano–, con casi 100 desafíos, pero por encima de todo con una liga profesional sin territorialidad, que incluso puede contratar hasta ocho atletas extranjeros, en aras de la calidad del espectáculo.

Se espera ahora que en el tope contra los equipos mexicanos, del 2 al 8 de marzo, se afine la estrategia, se atraiga más a los aficionados y se obtenga más utilidad que anotarse victorias sin peso. Mucho más si los Guerreros de Oaxaca y los Diablos Rojos de México, de la liga profesional de ese país, no parecen hallarse en su mejor momento.

Ese tope, con el nombre de Unidos por la pasión, constará de 12 juegos entre el Latino y el Victoria de Girón, entre los dos conjuntos mexicanos y los equipos Occidentales y Orientales de Cuba.

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