Los milagros del béisbol

El equipo cubano celebrando su victoria contra Venezuela (Twitter/Serie del Caribe)
El equipo cubano celebrando su victoria contra Venezuela (Twitter/Serie del Caribe)
Víctor Ariel González

08 de febrero 2015 - 17:58

La Habana/Todo parecía perdido para Cuba en la Serie del Caribe. Un desempeño muy mediocre en la fase clasificatoria de la competencia había dejado el pase a semifinales pendiente de lo que hiciera el resto de los equipos. Pero de alguna forma, anoche los “Vegueros” de Alfonso Urquiola estaban parados frente a Venezuela, el conjunto más fuerte del torneo. Ambos luchaban por llegar a la final contra México.

Ya a la altura del cuarto inning los Caribes de Anzoátegui habían conseguido que la defensa de los Vegueros de Pinar del Río luciera débil. En un encuentro anterior, los venezolanos habían arrollado a los nuestros con un juego agresivo, por lo que las cuatro carreras anotadas anoche contra una Cuba apagada prometían una jornada sin sorpresas.

Sin embargo, no fue así. A estas alturas, cualquiera hubiese apostado que los Caribes no dejarían que los Vegueros los apabullaran, pero sucedió. Los cubanos pudieron poner a funcionar su tremenda batería y fabricaron ocho carreras en apenas dos entradas.

Lo irónico es que Cuba en la actual Serie del Caribe había perdido tres juegos, y Venezuela llegó invicta al terreno del Hiram Bithorn. Empero, el sensacional equipo de Anzoátegui se llevó hoy una derrota que la hace regresar a casa. Muerte súbita.

Luego de tantos reveses, el resultado del juego de hoy constituye un simbólico primer lugar para una Cuba que dejó mucho que desear. Pero anoche el público presenció uno de esos milagros del béisbol. El marcador terminó ocho carreras por cuatro, pues los Caribes no pudieron marcar una anotación más frente al relevista camagüeyano Norge Luis Ruiz.

"Un activista presente en el estadio bajó al terreno a protestar contra el Gobierno cubano"

La victoria cubana no sería la única sorpresa porque, casi acabándose el partido, un activista presente en el estadio bajó al terreno a protestar contra el Gobierno cubano. El hombre portaba un cartel y tenía puesta una camiseta donde se podía leer “Emilia vive”.

En la televisión cubana, casi enseguida interrumpieron la transmisión, aunque se pudo escuchar que el desconocido gritaba consignas como “Abajo Castro”. Aquí la otra sorpresa es que ninguno de los peloteros cubanos parece haber agredido físicamente al manifestante, como ha ocurrido otras veces en que los jugadores de la Isla, “en defensa de la revolución”, se han peleado con protestantes pacíficos.

Rodolfo García, uno de los comentaristas oficiales para el canal estatal cubano Tele Rebelde, comenzó a protestar por la presencia del manifestante. “Esto no es un torneo para esta gentuza”, dijo con desprecio, refiriéndose al activista. Según el narrador cubano, este incidente se explicaba con que “esto [la victoria contra Venezuela] le duele a unos cuantos”. Por lo tanto, había que “levantar la bandera y a pasear”.

Debido al pequeño percance, la segunda mitad del noveno inning se interrumpió por breves minutos. Personal del estadio Hiram Bithorn limpió el terreno de unos volantes desperdigados por el suelo, presumiblemente traídos por el manifestante que no tardó en ser apresado por la policía.

Es muy probable que el acontecimiento del activista sea utilizado por la prensa del régimen para enaltecer la “entereza” de los Vegueros pinareños. Pero más allá de interpretaciones ideológicas o propaganda política, el juego de hoy fue memorable. Se vio a los cubanos venir desde abajo y el resultado significa discutir, este domingo, el mismísimo título del torneo.

No cabe duda: los Vegueros van a la final. Por su desempeño han sido quizá el peor equipo en este torneo, si bien hombre a hombre se trata del conjunto más fuerte, en la opinión de no pocos aficionados. En la final, el juego por el título de la Serie del Caribe se disputará contra los Tomateros de Culiacán.

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