Cuba no tiene plan B para paliar la pérdida de Venezuela

Para una mujer presente en el mercado “más o menos se nota alguna rebaja, sobre todo en lo que es el pollo y el picadillo, está mejor que como estaba antes”
Los cubanos están cansados de no poder acceder a muchos más alimentos de origen animal que los procedentes del pollo. (14ymedio)
Mario J. Pentón

04 de agosto 2017 - 11:22

Miami/"En cualquier momento nos salen plumas", se queja un padre de familia, disgustado al no encontrar otro tipo de carnes en las Tiendas Recaudadoras de Divisas. Desde que comenzó la crisis venezolana el abastecimiento de los mercados minoristas en Cuba se ha resentido, un problema que crecerá en el próximo semestre según el economista Omar Everleny Pérez.

"El país recortó 1.500 millones de dólares en importaciones en el primer semestre de este año, eso afectará directamente a la población", dijo Pérez en conversación con 14ymedio.

La decisión del brusco recorte se debe a que el país utilizó 2.306 millones de dólares para pagar la deuda externa, renegociada con el Club de París y otros acreedores, agrega el exdirector del Centro de Estudios de la Economía Cubana.

"Renegociaron una deuda que desde 1986 tenían sin pagar. Los acreedores condonaron hasta un 90% en algunos casos, pero había que pagar ese 10% y solo se podía hacer recortando las importaciones", explica.

Según Pérez, quien colabora con la revista Temas, la economía nacional comienza a dar signos de recuperación macroeconómica pero no son suficientes.

"Desde el punto de vista macro parece ser que habrá un cambio de tendencia, pero el 1% de crecimiento no te dice nada. El país necesita crecer del 5 al 7%, y no solamente un año, para que la gente lo sienta", añade.

"Con este ritmo de crecimiento, ver una mejoría en las condiciones de vida tomaría al menos 30 años. ¿Cómo le dices eso a una persona de 50 años?", ironiza Pérez.

Cuba anunció al finalizar este semestre que la economía había crecido un 1,1%, tras una caída del PIB del 0,9% en 2016. Pérez atribuye este resultado positivo al turismo, que creció en un 23%, y la zafra azucarera, que produjo alrededor de 1,8 millones de toneladas de azúcar.

"El turismo está cambiando la vida en muchos lugares de Cuba. Por ejemplo, en el municipio de Trinidad los ingresos del sector no estatal superaron por primera vez a los de las empresas del Estado"

"El turismo está cambiando la vida en muchos lugares de Cuba. Por ejemplo, en el municipio de Trinidad los ingresos del sector no estatal superaron por primera vez a los de las empresas del Estado. En 2016, en ese municipio el sector privado generó el 56,9% del total recaudado", argumenta.

El grupo The Havana Consulting Group acaba de publicar datos muy interesantes sobre la contribución creciente de las remesas al funcionamiento de la economía nacional. La firma de consultoría radicada en Miami señala que las remesas crecieron un 2,7% en 2016, para alcanzar 3.444 millones de dólares, superando así por 537 millones de dólares ingresos brutos obtenidos por el turismo ese año, según fuentes oficiales.

La diferencia es aún mayor si se compara con los ingresos netos del turismo, que no superan los 1.300 millones de dólares al año después de deducir el costo de las importaciones necesarias para atender a los turistas, especialmente la alimentación ya que Cuba no produce nada.

Pérez Villanueva se muestra preocupado por el fuerte impacto que una eventual caída del Gobierno de Nicolás Maduro, en Venezuela, tendría sobre la economía cubana.

"Venezuela sigue, a pesar de su crisis, siendo el socio comercial número uno de Cuba. Desde hace dos años se ve venir el problema de ese país pero no se han tomado medidas para contrarrestar el fin de esa relación comercial", dice.

Pérez cree que La Habana debería estar pensando en enviar su mano de obra altamente calificada a otros países con reservas petroleras como Angola o Argelia. "Nunca será igual que con Venezuela ni esos países podrían absorber la cantidad de médicos que hay allí, pero al menos amortiguaría el golpe", señala.

Cuba podría aprovechar los precios actualmente bajos del crudo para comprar combustible a otras naciones aliadas, como Rusia o Argelia, pero la falta de crédito es un problema crónico, según el ministro de Economía y Planificación, Ricardo Cabrisas, quien reconoció en el Informe sobre el comportamiento del Plan de la Economía 2017 que la capacidad de la Isla para conseguir préstamos está afectada por los montos de deudas vencidas.

Sin embargo, a juicio de Pérez, Cuba está intentando fortalecer nuevos mecanismos para generar electricidad a partir de fuentes renovables, pero "necesita tiempo y dinero". También se intenta reanimar la producción nacional de petróleo, en declive por el agotamiento de los pozos.

"En caso de que se detenga el suministro de petróleo venezolano, no sería como en tiempos de la URSS. De Venezuela se recibe la mitad del combustible que necesitamos. En tiempos de la extinta Unión Soviética se recibía prácticamente todo", agrega.

"El país debería apostar seriamente por la inversión extranjera", dice Pérez Villanueva, defenestrado tras una serie de conferencias en las que mostraba su opinión crítica sobre la marcha de la economía en la Isla.

"En los lineamientos se dice que la inversión extranjera no es un complemento a la inversión nacional sino parte de la inversión nacional, pero en la práctica el nivel de aprobaciones no se nota", agrega.

El proyecto insignia de las inversiones, la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, continúa empantanada con pequeñas inversiones

A pesar de continuar publicando la cartera de oportunidades de inversión extranjera, el proyecto insignia de las inversiones, la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, continúa empantanada con pequeñas inversiones.

Para Pérez, el país tiene que ampliar inmediatamente los oficios por cuenta propia, algo que parece muy lejano, en especial tras la congelación de nuevas licencias anunciada el pasado martes.

"Hay una masa de trabajadores que podrían salir de la tutela del Estado y pagar impuestos en actividades afines con lo que estudiaron. De esta manera se evitaría que los ingenieros que se gradúan en Ciencias Informáticas se marchen a Canadá o se vayan a manejar un taxi".

Sin embargo, Pérez cree que el Estado no quiere que exista la sana competencia porque la gran empresa estatal socialista sigue siendo su modelo. "En Cuba la ideología sigue marcando la pauta, no la economía".

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