Alexis Díaz de Villegas: "Soy un hombre de teatro"

El actor Alexis Díaz de Villegas. (14ymedio/Luz Escobar)
El actor Alexis Díaz de Villegas. (14ymedio/Luz Escobar)
Luz Escobar

17 de octubre 2015 - 09:18

La Habana/Lo vimos defenderse de los zombis en la película Juan de los muertos, donde interpretaba a un anti héroe cubano a golpe de cinismo y sobrevivencia. Algo de aquel personaje se ha quedado para siempre junto al actor Alexis Díaz de Villegas y, cuando camina por las calles de La Habana, no hay forma de que no le recuerden el lema que repitió en aquella comedia de terror: "Matamos a sus seres queridos".

Sin embargo, Díaz de Villegas ha sido también profesor, actor y director de teatro. En la tarde de este jueves recibió a 14ymedio en la Casona de Línea, donde prepara el estreno de una nueva obra para la noche de este sábado.

Pregunta. Se inició como director teatral con El trac de Virgilio Piñera, luego le siguió Sueños de un seductor y ahora presenta nuevo proyecto. ¿Cómo surgió la pieza que estrena este sábado?

Respuesta. Fui profesor del Instituto Superior de Arte (ISA) por diez años, y junto al último grupo de estudiantes con el que trabajé debíamos estudiar teatro universal durante un semestre. Decidimos, en vez de elegir una obra, estudiar un autor o un director, analizar su poética, su estética y a partir de ahí crear algo que podían ser escenas sueltas. El resultado fue muy bueno. Varios profesores me recomendaron que lo presentara, pero les dije que no era el momento. Pasaron los años y los alumnos iban por mi casa y me dejaban papelitos con textos que habíamos hecho... y poco a poco me fueron embullando. Revisé los videos que tenía y sí, le dimos la vuelta. En eso hemos estado los últimos tres meses.

A finales de los noventa, trabajé con Vicente Revuelta aquí en la Casona e hicimos un collage con cosas de Bertolt Brecht. De ese momento mantuve un texto corto que se llama El mendigo y el perro muerto y un poema que le da título al espectáculo actual: Balada del pobre BB.

P. ¿Cuánto influyó su paso por el Lincoln Center, en Nueva York, para asumir la dirección además de la actuación?

R. Mucho. En el Lincoln Center estuve en un laboratorio internacional de directores muy interesante. Se reunieron allí 75 directores de todos los rincones del mundo, en un taller muy activo de 21 días donde era posible compartir con todos. Eran aulas de 10 directores, cuatro actores, un jefe de escena y un escenógrafo. Todos los directores trabajamos en una obra de Strindberg.

En el Lincoln Center estuve en un laboratorio internacional de directores muy interesante. Se reunieron allí 75 directores de todos los rincones del mundo, en un taller muy activo

Al final los actores, que en total eran cerca de 30, señalaron con cuáles directores les gustaría trabajar. Quedamos cinco, una inglesa, dos americanos, una rusa y yo. La última semana, que pensé iba a descansar, me tocó trabajar más duro. Eso me dio coraje, me estimuló para dirigir, porque nunca había estado muy estimulado con la dirección. También mi trabajo en el ISA, donde cada semestre tenía que montar 10 o 12 escenas de obras diferentes, me empujó a obsesionarme con la dirección.

P. ¿Cuánto de experiencia personal contiene esta puesta en escena?

R. He trabajado muy cerca con mi memoria teatral. Hay trazos de los lugares por donde he ido pasando, de los grupos por donde he trabajado. Víctor Varela está aquí, Carlos Celdrán, Vicente y Carlos Díaz también están por aquí. Incluso de mi memoria cinematográfica, cosas del cine que he tenido siempre guardadas y me han salido. De pronto me aparecieron imágenes de Tarkovski y las usé.

P. ¿Hay vida después de Juan de los muertos? ¿Qué pasó con Alexis Díaz de Villegas después de protagonizar ese filme?

R. La gente me dice mucho en la calle: "Pero tú que has hecho semejante película, ¿qué haces cogiendo botella?". ¿Qué ha pasado? Le he cogido más amor al cine, al hecho de hacerlo, porque como espectador me ha gustado siempre. Después he estado en dos o tres películas en cosas más pequeñas. Hice una serie para la televisión canadiense donde tuve muy buen personaje; lo disfruté porque era una serie para televisión pero se filmaba como en el cine. Trabajé en las películas sobre las novelas de Padura Paisaje de otoño, Vientos de cuaresma, Pasado perfecto y Máscaras, donde interpreto a un amigo de Mario Conde. Pero, me he volcado en el teatro.

P. Juan de los muertos fue una película muy taquillera y que le debe parte de su éxito a la casa independiente Producciones de la 5ta Avenida. ¿Cómo fue la experiencia en comparación con otros filmes realizados en otras condiciones?

R. Aquí el equipo de actores, el director, el asistente de dirección, los productores, el fotógrafo, que este caso era catalán, creamos como una familia y nos era muy divertido estar juntos. Ya desde la prefilmación se creó un buen equipo, una familia que funcionaba sin hablar apenas. En el mismo set hacíamos una escena y al director le gustaba. Entonces Jorge Molina y yo le decíamos: "vamos a hacerla de otra manera porque se me ocurrió, vamos a probar". Alejandro nos dejaba mucha libertad para hacer.

La gente me dice mucho en la calle: “Pero tú que has hecho semejante película, ¿qué haces 'cogiendo botella'?”. ¿Qué ha pasado? Le he cogido más amor al cine

En otras películas los directores son más amarrados y exigen determinada cosa cuando a lo mejor el actor ve la escena de otra manera. No le dejan dar su punto de vista. En Juan de los muertos no fue así. La película la hicimos entre todos, partimos del guión de Alejandro, pero en el rodaje se fue cambiando. Creo que todos somos parte del resultado final de la película. Nos dejaban crear escenas, improvisar mucho y mucho de lo se improvisó, a veces hasta jugando, está en la película.

P. ¿Qué opina de la demanda que está haciendo un grupo de creadores de una ley de cine?

R. He oído hablar de la ley de cine, pero realmente no tengo mucho conocimiento sobre eso. Creo, según he oído, que le va a traer prosperidad al sector y a las personas que hacen cine. Se van a poder hacer más películas y en mejores condiciones.

P. ¿Cuáles son sus planes futuros?

R. Ahora mismo lo que quiero es que me acaben de dar un proyecto para tener una sede teatral. No lo he pedido formalmente, pero lo estoy pidiendo con esta obra. Quiero eso y los muchachos que están trabajando conmigo también lo quieren. Así podríamos trabajar con un poco más de condiciones porque esto lo estamos haciendo gracias al apoyo que hemos tenido, gracias a Dios, de este lugar que nos ha permitido ensayar los tres meses tranquilos. Mónica, la nueva directora del Complejo Cultural Vicente Revuelta, ha estado apoyando mucho esta experiencia.

P. ¿En una futura enciclopedia sobre la Cuba actual, qué le gustaría que dijera su ficha?

R. Soy un hombre de teatro.

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