Felipe Kast: “No existió diálogo, solo fuerza”

El diputado chileno relata su detención durante la marcha de las Damas de Blanco en La Habana

Diputado chileno Felipe Kast marcha con las Damas de Blanco en La Habana.
El diputado chileno Felipe Kast marcha con las Damas de Blanco en La Habana.
14ymedio

07 de septiembre 2015 - 19:07

La Habana/El diputado chileno del partido Evópoli, Felipe Kast, que denunció este lunes que había sido retenido durante casi tres horas por participar en una manifestación pacífica de las Damas de Blanco en La Habana, habla de su experiencia con 14ymedio desde Santiago de Chile.

Pregunta. ¿Por qué decidió marchar junto a las Damas de Blanco y los otros activistas?

Respuesta. Las Damas de Blanco llevan mucho tiempo sufriendo detenciones violentas simplemente por caminar pacíficamente para exigir respeto a los derechos humanos en la Isla. En mi visita a Cuba por motivos familiares, lo mínimo que podía hacer era acompañarlas en su marcha dominical.

P. ¿Cómo planeó unirse a la marcha?

R. Fui primero a saludar al padre Pepe Felix, párroco de la Iglesia de Santa Rita, a quien conocí cuando estudié en Cuba en el año 2000, y luego me sumé en la caminata de las Damas de Blanco.

P. ¿Cómo fue la marcha?

R. Fue una caminata muy pacífica junto a 49 damas y unos diez simpatizantes. Todo iba muy bien y tranquilo hasta que llegó el grupo de choque oficialista.

La caminata fue atacada por una emboscada de varios vehículos, buses y aproximadamente unas 100 personas, que entraron con violencia en contra de quienes caminábamos. No existió diálogo, solo fuerza.

P. ¿Cómo fue el arresto?

R. Fue una detención violenta. Unas seis o siete personas me golpearon en el suelo. Después de haberme inmovilizado y esposado, me llevaron a un vehículo oficial y fui trasladado a un cuartel policial en el Vedado.

"Durante el interrogatorio, intentaron vincularme con grupos de EE UU, pero no encontraron nada"

Durante el interrogatorio, intentaron vincularme con grupos de Estados Unidos, pero no encontraron nada. Me hicieron preguntas del tipo: "¿Cuántas veces ha viajado a Estados Unidos? ¿Más de cinco? ¿Más de diez?". Luego me preguntaron por las personas que me habían hospedado, pero les expliqué que, por temor a que posteriormente los molestaran o les quitaran la licencia de arrendamiento, prefería guardar silencio. Se molestaron crecientemente hasta que de un minuto para otro cambiaron de actitud. Imagino que fue por el llamado de Cancillería.

P. ¿Su salida por el aeropuerto José Martí ya estaba planificada para este lunes o fue obligado a salir?

R. Desde el cuartel me enviaron directo al aeropuerto. Coincidía que mi vuelo de regreso era para esa misma tarde.

P. ¿Habló de derechos humanos con las autoridades cubanas?

R. Hablé con quienes me golpearon, esposaron y luego me mantuvieron incomunicado. No sé si la delegación de funcionarios y empresarios de Chile de visita en Cuba abordó el tema.

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