'La revolución olvidada', un filme que arroja luz sobre el pasado

Glenn Gebhard, director de 'La Revolución Olvidada'. (14ymedio)
Glenn Gebhard, director de 'La Revolución Olvidada'. (14ymedio)
Reinaldo Escobar

10 de mayo 2015 - 07:40

Bruselas/Suele repetirse que la historia la escriben los vencedores. Hay quien rectifica la frase añadiendo que realmente la escriben los sobrevivientes. El partidismo, los intereses personales, la ambición de poder y la pura y dura vanidad hacen el resto. El filme documental La revolución olvidada (The Forgotten Revolution) del cineasta norteamericano Glenn Gebhard, dedica 87 minutos a arrojar luz sobre aquellos años turbulentos que siguieron al golpe de estado de Fulgencio Batista. Un período que concluyó con esas escenas –mil veces vistas– de un pueblo feliz festejando la victoria tras la caída del tirano.

Era tanta la alegría que todos se atribuyeron el triunfo, pero el protagonismo se repartió de otra manera. Entre otras razones porque todos los altos cargos públicos quedaron vacíos de la noche a la mañana y los méritos por haber participado en la lucha resultaban escalones imprescindibles para escalar posiciones. El movimiento 26 de julio, el ejército rebelde, el directorio revolucionario y otras organizaciones menos conocidas como la Triple A y lo que había quedado del Partido Ortodoxo, pugnaban por aparecer en la escena política. Pocos meses después los comunistas, cuya participación había sido mínima y tardía, inventaron el lema "No me digas lo que hiciste, sino lo que estás haciendo"

Pero eso fue lo que pasó después. El objetivo de este documental es escarbar en el pasado. Para lograrlo entrevista a 16 testigos, entre ellos a figuras muy notorias como Carlos Franqui y otros con mayor o menor participación en los hechos, entre quienes se destacan Agustín País, hermano de Frank País, Jorge Valls y los hermanos de José Antonio Echeverría, Lucy y Sinforiano.

Los análisis de varios escritores e historiadores norteamericanos y hasta un ex agente de la CIA en Santiago de Cuba, completan el repertorio de voces que se presenta, acompañadas de un excelente archivo de voces e imágenes de la época, algunas inéditas.

La revolución olvidada se estrenó en Europa durante el Festival Internacional de Derechos Humanos en Bruselas. Glenn Gebhard, su director, explicó al público asistente que su propósito no fue hacer una película contra Fidel Castro, ni con la idea de minimizar su rol en los acontecimientos, sino de contar episodios menos conocidos y darle voz a quienes han tenido poca oportunidad para contarlos.

"Pienso llevarla al próximo festival de cine de La Habana en diciembre. Ya veremos qué pasa."

Glenn Gebhard ha dirigido varios documentales y películas. Se desempeña como profesor de la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad de Loyola Marymount en Los Ángeles, California. Su trabajo más reciente incluye una serie de cuatro documentales bajo el título de Cuba en la encrucijada. También realizó Cuba: una vida de pasión; Cruzando fronteras: devoluciones a cubanos, que se emitió en PBS; Baymen, transmitido en el Canal Metro de Nueva York; y Soñando una nueva Cuba, para New York Times Television, que pudo ser visto a través del canal Showtime.

En Bruselas y poco después de haber respondido las preguntas del público, contestó estas que le hizo 14ymedio:

P: ¿Es su propósito reivindicar una historia de la revolución?

R: Para mí la revolución cubana fue algo diferente a la historia que conocemos hoy en día. Esa historia se ha "enriquecido" después de 1959. En lo personal creo que fue necesaria esa revolución, pero no fue una revolución socialista, ni una revolución de Fidel Castro fue "también" de Fidel Castro. Sus ingredientes fueron nacionalismo, justicia social, soberanía y derechos civiles y políticos. Fue la revolución que tenía como meta restaurar la Constitución de 1940. No trato de reivindicar nada sino contar lo que fue.

"no fue una revolución socialista, ni una revolución de Fidel Castro fue "también" de Fidel Castro"

P: Los testimoniantes que aparecen en la película viven todos en el exilio. ¿Habría cambiado algo si se hubiera incluido a los protagonistas que viven aun en la Isla?

R: Yo hice todo lo que estuvo a mi alcance por filmar en Cuba esos testimonios, pero fue imposible. He visitado la Isla varias veces, pero las personas que tuvieron alguna participación en los hechos narrados o no estaban accesibles o prefirieron no hablar conmigo.

P: ¿Qué difusión ha tenido el filme hasta ahora?

R: La película se ha exhibido en algunas universidades y ha comenzado a circular desde abril en la televisión pública de los Estados Unidos, primero en Los Ángeles y luego en otras ciudades norteamericanas. Espero que se ponga también en Europa

P: ¿Cree usted que esta película pudiera proyectarse en los circuitos oficiales de cine o televisión cubanos?

R: Seguro. Pienso llevarla al próximo festival de cine de La Habana en diciembre. Ya veremos qué pasa.

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