Una prensa libre para un país normal

El presidente de la Asociación Pro Libertad de Prensa, José Antonio Fornaris, habla con 14ymedio

José Antonio Fornaris. (14ymedio)
José Antonio Fornaris. (14ymedio)
Reinaldo Escobar

05 de junio 2014 - 11:30

La Habana/La Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP), fundada el 27 de enero de 2006, no ha logrado inscribirse en el registro de asociaciones en Cuba, pero sigue con su lucha en favor de la autonomía de la profesión frente al Estado. Su presidente, José Antonio Fornaris, nos habla de sus objetivos, esperanzas y planes inmediatos.

Pregunta. ¿Cuál es la función social de la APLP?

Respuesta. Fundamentalmente trabajar en favor de la libertad de prensa. Tenemos muy presente lo que había señalado nuestro prócer Ignacio Agramonte cuando decía que con la libertad de prensa se logran también los derechos políticos y económicos, lo cual es fundamental para nuestra nación. También aspiramos a que, cuando llegue el momento, esto sea un gremio representativo de todos los periodistas en Cuba. A la vez tenemos el deseo que cada día haya más periodistas formando parte de la Asociación. En estos momentos hay 102 afiliados, pero también quisiéramos invitar a los amigos que hacen blogs.

P. ¿Cómo define usted el término "periodista independiente" en las condiciones actuales de Cuba? Por ejemplo, un profesional que se dedica a escribir free lance para una revista de modas en Holanda, para poner un ejemplo, es para la APLP un periodista independiente?

R. Prefiero hablar de periodista a secas. Por ciertas necesidades uno ha tenido que ponerle apellidos a la profesión, en nuestro caso para diferenciarlo del periodismo oficial. El ejemplo que menciona, claro que es un periodista independiente, pero por encima de mi opinión, es una cuestión personal que depende de cómo se clasifica él mismo. No creo que el término dependa de consideraciones políticas.

P. De eso se deduce que para entrar en la APLP no hay requisitos políticos. ¿Acaso alguien que esté en la UPEC puede pertenecer a la Asociación?

R. Cuando se hizo el último Congreso de la UPEC nosotros nos dirigimos al jefe de la Comisión Organizadora para pedirles participar, al menos en calidad de observadores. Nunca nos respondieron. Sin embargo, nuestras puertas están abiertas para ellos. Para pertenecer a la Asociación se puede tener cualquier filiación política. En nuestra publicación Vocablo, que ya tiene 13 números en poco más de un año, hemos reproducido textos que han visto la luz inicialmente en medios oficiales. No tenemos etiquetas políticas pero todos los miembros de la APLP están en libertad de profesar cualquier tendencia política, cualquier creencia religiosa. Apenas pedimos como requisito llevar 6 meses ejerciendo la profesión.

"Todos los miembros de la APLP están en libertad de profesar cualquier tendencia política"

P. ¿Cuáles son las acciones concretas de la APLP para cumplir sus objetivos?

R. Tenemos una página en Internet cubaprensalibre.com, la revista mensual Vocablo y una biblioteca, que se llama Papel Periódico y presta servicio a la comunidad, además de hacer circular libros y otros materiales entre los asociados. En el mismo local hemos habilitado la Galería Puente, donde hemos hecho exposiciones de fotos, caricaturas, etc. Recientemente hemos convocado nuestro segundo concurso periodístico, que cierra el 24 de octubre. Pretendemos crear aquí una academia y no renunciamos al propósito de tener un local que sería algo así como La Casa de la Amistad: serviría de punto de encuentro y de ayuda para los periodistas del interior, que podrían alojarse allí, pero de momento es solo una idea porque aún no hemos conseguido la casa. Tenemos una sede alternativa en Santa Clara, donde también funciona una biblioteca, y contamos con un representante en el extranjero, Miguel Saludes, que radica en Miami.

P. Desde que surgió la llamada blogosfera alternativa, ha estado circulando el fantasma de cierta rencilla o resquemor que describe una especie de guerrita entre blogueros y periodistas independientes. ¿Qué piensa usted al respecto?

R. Muchos de esos blogueros colaboran hoy en medios y, también, muchos periodistas independientes han abierto blogs o participan en espacios digitales. Si alguien ejerce la profesión de periodista en cualquiera de sus manifestaciones del siglo XXI, carece de importancia que se le diga de una u otra forma. No tiene por qué existir desavenencia alguna.

P. ¿Tienen ustedes una fecha especial para celebrar como el Día del Periodista?

R. Elegimos mantener el 24 de octubre que era la fecha que celebraba el antiguo Colegio de Periodista para recordar la aparición en 1790 de Papel Periódico de La Havana, primer medio informativo en la Isla. En los años en que fue muy fuerte la influencia soviética, la UPEC impuso el 8 de septiembre, que era la fecha usada en los países socialistas para conmemorar la muerte del checo Julius Fucik, aquel que escribió Reportaje al pie de la horca. Cuando dejó de existir esa influencia, porque dejó de existir la URSS, entonces los medios oficiales eligieron el 14 de marzo, cuando José Martí fundó el periódico Patria. Nos quedamos con la original que tiene una connotación estrictamente profesional.

"Si se ha producido un cambio mínimo se debe (...) a que ya no pueden ocultar la verdad como antes"

P. Desde hace unos pocos años se habla de una apertura lenta en los medios oficiales, de una glasnosita, como se dice. Esta afirmación se apoya en las cartas que publica el Granma cada viernes, programas radiales como Hablando Claro y espacios televisivos como Al Derecho, Con Sentido Propio y más recientemente Cuba dice. ¿Cree usted que estas son buenas señales y que por este camino se puede esperar una apertura hacia la libertad de prensa?

R. El Artículo 103 del Código Penal permite condenar a penas de hasta 15 años de prisión a cualquier persona que ataque al Estado en los medios de difusión. Cuando la prensa responde a un partido no es prensa, es propaganda. En todo caso, si se ha producido un cambio mínimo se debe entre otras cosas a que ya no pueden ocultar la verdad como antes. Pero ellos no pueden abrir porque ya tienen la experiencia de los países socialistas: si abren, se acaba todo.

P. ¿Y para el futuro, cuál debe ser el papel de la prensa cubana?

R. Trabajar para mantener al país lo más libre que se pueda y donde se respeten todos los derechos humanos. Y otro objetivo primordial que pudiera parecer una meta insignificante, pero para nosotros es algo colosal: llegar a ser un país normal.

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