Oposición debilitada en Nicaragua busca sobrevivir ante Ortega "todopoderoso"

La oposición nicaragüense, fragmentada, tendrá que enfrentarse a un Ortega blindado por los poderes del Estado, el Ejército y la Policía.
La oposición nicaragüense, fragmentada, tendrá que enfrentarse a un Ortega blindado por los poderes del Estado, el Ejército y la Policía.
Luis Felipe Palacios

19 de junio 2016 - 13:16

Managua/(EFE).- Debilitada por los fallos judiciales que dejan sin participar en los próximos comicios a la principal coalición opositora de Nicaragua, los demás partidos adversos al Gobierno buscarán su supervivencia ante un favorito Daniel Ortega que, de ganar las elecciones, sumará un cuarto período y el tercero consecutivo.

La oposición, fragmentada desde inicios de siglo cuando el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002) se enfrentó por luchas de poder desde el Congreso con su sucesor y quien fue su vicepresidente Enrique Bolaños (2002-2007), tendrá que enfrentarse a un Ortega blindado por los poderes del Estado, el Ejército, la Policía, una alianza con el sector privado y la mayoría de alcaldes en su bolsillo.

Sin intenciones de unidad de cara a los comicios del 6 de noviembre, sin recursos, sin propuestas claras y sin la principal coalición opositora en el juego electoral, el principal partido que competirá contra los gobernantes sandinistas será el Liberal Constitucionalista (PLC), de Alemán, quien cuando gobernó se repartió los poderes del Estado con Ortega, entonces líder opositor.

El PLC, que proclamará a su candidato presidencial en una convención el 11 de julio, fue la tercera fuerza política en las elecciones generales de 2011, con un 5,91 % de votos, en la que Alemán, quien estuvo preso por corrupción, se postuló de nuevo a la Presidencia.

La coalición opositora que lideraba el Partido Liberal Independiente (PLI), con 24 de los 91 diputados de la Asamblea legislativa, confirmó que no participará en los comicios

La coalición opositora que lideraba el Partido Liberal Independiente (PLI), con 24 de los 91 diputados de la Asamblea legislativa, confirmó que no participará en los comicios tras la decisión de la Corte Suprema de Justicia, controlada por magistrados afines al Gobierno, que la dejó sin opciones de ir a la contienda electoral por medio de dos fallos judiciales.

Para el disidente sandinista Edmundo Jarquín, Ortega quiere ganar las elecciones sin "oposición electoral", al descartar al PLC como una fuerza realmente opositora.

El analista político Arturo Cruz dijo en un programa de opinión en la televisión local que si en estas elecciones solo participan otros partidos, sin la coalición opositora que coordina el dirigente y diputado Eduardo Montealegre, "con figuras ya devaluadas", le restará "credibilidad al ejercicio electoral".

"Y si eso ocurre, nuestro país, independientemente de lo que podamos querer argumentar se va a ver enfrentando a condiciones objetivas que no van a abonar al crecimiento, a la prosperidad de Nicaragua", valoró Cruz, que fue el primer embajador de Nicaragua en Washington cuando Ortega retornó al poder en 2007.

Para Jarquín, la estrategia de Ortega, de sacar del juego político a la principal coalición opositora, es para "controlarlo todo".

La Conferencia Episcopal calificó de "nocivo" todo intento de querer implantar un "régimen de partido único" en el país

El primero en hacer sonar la alarma, tras los fallos judiciales en contra de la coalición, fue la Conferencia Episcopal, que calificó de "nocivo" todo intento de querer implantar un "régimen de partido único" en el país.

"Todo intento por crear condiciones para la implantación de un régimen de partido único en donde desaparezca la pluralidad ideológica y de partidos políticos es nocivo para el país desde el punto de vista social, económico y político", advirtió el Episcopado en un pronunciamiento suscrito por los 10 obispos del país, incluido el cardenal Leopoldo Brenes.

La principal cúpula patronal de Nicaragua, que mantiene una política de consenso con el Gobierno, secundó esa preocupación de la iglesia Católica.

El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, destacó entonces la importancia de que la mayor fuerza de oposición de Nicaragua participe en las elecciones, ya que, a su juicio, su presencia ayuda a un proceso electoral transparente.

Pero Ortega no cederá a esas presiones, según analistas consultados por Efe, porque apuesta a controlarlo todo a nivel interno, al estilo del régimen cubano, sin balance de poderes, y conviviendo en su alianza de consenso con el sector privado.

A nivel externo mantendrá sus relaciones de colaboración y cooperación en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico con Estados Unidos, el principal socio comercial de Nicaragua, y con la Unión Europea (UE).

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