La escasez y la solidaridad conviven en frontera entre Costa Rica y Nicaragua

Los nicaragüenses también reclaman a su propio Gobierno por dejarles "desprotegidos" con el cierre este año de dos consulados en la zona norte costarricense

Frontera entre Costa Rica y Nicaragua. (EFE)
Frontera entre Costa Rica y Nicaragua. (Facebook)
María José Brenes

12 de octubre 2017 - 13:57

Upala (Costa Rica)/(EFE).- Vivir en la deprimida zona fronteriza entre Costa Rica y Nicaragua supone para miles de personas una lucha diaria entre la escasez y el afecto de los solidarios vecinos.

En el cantón fronterizo de Upala, ubicado en la zona norte costarricense, la vida transcurre con normalidad, aunque bajo un calor sofocante.

En esta franja hay una división política pero para sus habitantes se trata de un mismo territorio en donde se conforman estrechas relaciones familiares y de amistad entre costarricenses y nicaragüenses, que contrastan con las distantes relaciones diplomáticas de sus países, deterioradas desde hace años por diferencias limítrofes.

Muchos inmigrantes nicaragüenses cruzan diariamente esa zona fronteriza hacia Costa Rica para acceder al trabajo, la educación o la salud, y allí conviven con la amabilidad de los vecinos.

"No hay frontera ni discriminación. El 90% de los que vienen al Ebais (centro de salud) son nicaragüenses y casi todos los trámites los hacen de este lado. Al otro lado hay más necesidades", afirmó a Efe el presidente de la Asociación de Desarrollo de la comunidad de México de Upala, el costarricense Arcelio Garro.

Muchos inmigrantes nicaragüenses cruzan diariamente esa zona fronteriza hacia Costa Rica para acceder al trabajo, la educación o la salud, y allí conviven con la amabilidad de los vecinos

Los pobladores se ven como vecinos, pero la falta de documentos para quienes todos los días viajan a Costa Rica significa una traba para acceder a los servicios de salud y educación.

"Estamos pidiendo algún documento que nos pueda ayudar para ver si podemos salir adelante con nuestros hijos", explicó a Efe Julia Rosa Osorio, de la comunidad nicaragüense de Coral y quien tiene ocho hijos que estudian en el lado costarricense.

El mojón ubicado en Upala es el punto para cruzar la frontera. En un recorrido hecho por Efe no fue posible pasar al lado nicaragüense debido a que los militares prohibieron el acceso.

Justo esa línea geográfica es especialmente dolorosa para los nicaragüenses, quienes indican que no tener un papel que los acredite como migrantes transfronterizos, trabajadores o estudiantes, hace que sus días sean cada vez más complicados.

Datos de la Dirección de Migración y Extranjería indican que desde 2016 hasta lo que va del 2017 han atendido a 1.200 personas en situación irregular en esa zona, pero se estima que esa es apenas una pequeña parte del total.

Datos de la Dirección de Migración y Extranjería indican que desde 2016 hasta lo que va del 2017 han atendido a 1.200 personas en situación irregular en esa zona, pero se estima que esa es apenas una pequeña parte del total

"Esto no es un problema solamente del gobierno de Costa Rica, es un problema conjunto y el Gobierno de Nicaragua", resaltó la jefa de la Dirección de Integración y Desarrollo Humano de Migración y Extranjería, Roxana Quesada.

La Dirección de Migración cuenta con una figura de habitante transfronterizo y trabajador transfronterizo, en el cual los interesados deben cumplir ciertos requisitos como tener un seguro, cotizar y así acceder a los servicios.

"El interés no es hacer deportaciones masivas, sino que la gente se mantenga con un estatus regular y en situación legal", dijo Quesada.

Pese a la disposición de las autoridades locales, la población migrante de la zona sufre de explotación laboral, negación de atención médica en centros de salud y obstrucción de los procesos para regularizar su condición migratoria.

Los nicaragüenses también reclaman a su propio Gobierno por dejarles "desprotegidos" con el cierre este año de dos consulados en la zona norte costarricense.

Los costarricenses se quejan del poco valor de sus terrenos, la mala infraestructura vial y del deterioro de algunos centros de salud en la zona.

Datos oficiales indican que Costa Rica, un país de 4,7 millones de habitantes, tiene una población nicaragüense cercana a las 400.000 personas, aunque algunas organizaciones estiman que la cifra es mayor.

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