La imprevisión y la sequía perjudican la zafra

El Grupo Azucarero Azcuba espera lograr un incremento de un 12% en la producción con respecto a la anterior cosecha. (Michi)
El Grupo Azucarero Azcuba espera lograr un incremento de un 12% en la producción con respecto a la anterior cosecha. (Michi)
Zunilda Mata

10 de abril 2017 - 17:35

La Habana/El sol apenas ha salido y la carreta cargada de hombres está a la vera del cañaveral. La brigada de cortadores apura el ritmo antes de que llegue el mediodía y el calor se vuelva insoportable. La zafra entra en su recta final y los pronósticos oficiales auguran un aumento en la producción de azúcar del 12% en relación con el año pasado, según Azcuba.

La "zafra chica" (noviembre-diciembre) superó el millón de toneladas de azúcar crudo, la cifra más alta de los últimos 15 años, pero la sequía, los problemas con el transporte y las roturas en la maquinaria de los centrales amenazan con anular este primer éxito.

La actual zafra tenía previsto arrancar con 54 ingenios a lo largo de todo el país, el mayor número desde el desmantelamiento de parte de la industria a inicios de este siglo. Sin embargo, a mediados de enero solo habían podido sumarse a la molienda unos 43 ingenios debido a los problemas técnicos y la obsolescencia de la infraestructura que caracteriza al sector.

"Desarmamos centrales y hasta regalamos algunos a otros países, y ahora resulta que ha habido que volver a armarlos", se queja Lázaro, ex trabajador de 66 años del ingenio Paquito Rosales y nacido en el municipio de San Luis, en Santiago de Cuba. La reducción de la industria también tuvo un grave efecto social en los poblados volcados en la producción azucarera.

A mediados de enero solo habían podido sumarse a la molienda unos 43 ingenios debido a los problemas técnicos y la obsolescencia de la infraestructura que caracteriza al sector

En esos años, al menos 71 centrales dejaron de producir y el 10% de la población cubana se vio afectada en distinto grado por el cierre de estos ingenios.

"Muchos pueblitos se volvieron lugares fantasma", asegura Lázaro, miembro de una familia de tradición azucarera y que creció mordisqueando cañas. Desde hace un lustro decidió abandonar el corte de caña y mudarse hacia La Habana. "Es un trabajo muy duro y pagan mal", se queja.

La Isla vive la peor sequía del último medio siglo y sus embalses se encuentran a un 39% de capacidad, una situación que afecta al suministro de agua a la población, la industria y la agricultura. La falta de agua ha impactado especialmente en la molienda, en cuyo proceso es de vital importancia, así como también lo es antes de la zafra.

El santiaguero se molesta cuando ve los sacos de azúcar que descargan en la bodega más cercana a su vivienda para la distribución en el mercado racionado. "Vienen de Brasil ¿Quién nos lo hubiera dicho?", se queja. "De ser la azucarera del mundo hemos pasado a importar azúcar". Según los datos del Anuario Estadístico de 2015, Cuba exportó azúcar por valor de 417.180 millones de pesos e importó azúcares, preparado de azúcar y miel por un total de 17.772 millones de pesos.

Tras los recortes masivos en la industria nacional los precios del producto mostraron una tendencia a la recuperación que se hizo más evidente durante el pasado año, cuando la libra superó los 15 centavos de dólar y la Organización Internacional del Azúcar vaticinó que la oferta mundial quedaría unos 3,5 millones de toneladas por debajo de la demanda.

Para Cuba resulta complicado competir con otros países productores de la zona, en parte porque la sequía ha afectado en los últimos meses el rendimiento de la caña. "Los campos están algo raquíticos y durante la molienda se ve que la caña tiene poco jugo porque casi no ha llovido, aunque la falta de lluvia ha favorecido las tareas de corte", comenta a este diario un ingeniero químico en un central en Camagüey del Grupo Azucarero Azcuba que prefirió el anonimato. El empleado cree que "habrá una afectación seria en el rendimiento".

La pasada campaña produjo 1,6 millones de toneladas de azúcar. La cifra nunca se publicó oficialmente pero terminó por filtrarse a la prensa extranjera. Los medios nacionales solo hablaron de una disminución con respecto a la anterior cosecha, que fue de 1,9 millones de toneladas, y subrayaron el repunte del sector al superar los 1,1 millones de 2009, cuando la industria tocó fondo y obtuvo los peores resultados en 105 años.

Desde entonces Azcuba ha intentado reanimar la producción y este año se ufana de contar con más caña en los campos, un mejor equipamiento agrícola para la cosecha mecanizada y una mejor preparación de los centrales.

Lentitud y falta de eficiencia en las reparaciones demoraron la puesta en marcha en algunos sectores y la mecanización del corte no ha traído los resultados esperados

Sin embargo, los previsibles imprevistos han vuelto a aparecer. Lentitud y falta de eficiencia en las reparaciones demoraron la puesta en marcha en algunos sectores y la mecanización del corte no ha traído los resultados esperados, según declaraciones de funcionarios del sector a la prensa oficial.

Los rostros más visibles de las instancias gubernamentales y partidistas, como los vicepresidentes Miguel Díaz-Canel y José Ramón Machado Ventura, han visitado las provincias con mayores problemas y exhortado a los trabajadores a incrementar la eficiencia, especialmente en estos días donde se deciden los resultados finales.

La pasada semana Díaz-Canel pidió una mejor organización y reconoció las dificultades en las reparaciones que provocaron, entre otros problemas, que centrales de Villa Clara como el José María Pérez iniciaran la zafra con 36 días de atraso y que el complejo de Ifraín Alfonso, de Ranchuelo, no haya tenido un buen desempeño industrial.

Lázaro, que nació entre cañas y conoce al dedillo cada momento de las más importantes cosechas cubanas, cree que "no importa lo que se diga, a estas alturas la suerte de la zafra ya está echada".

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