Hummus a la cubana

Hummus o crema de garbanzos
Hummus o crema de garbanzos
María Sampedro

26 de septiembre 2015 - 16:51

La Habana/Por estos días en que los precios del mercado agrícola suben y las calidades bajan, es común encontrar en las tarimas frijoles y granos pequeños, duros o poco frescos. "¡Qué chiquitos están esos garbanzos! ¡Así no sirven para nada!", escuché quejarse hace unos días a una señora, y el vendedor sólo atinó a responder: "Esto es lo que hay". Pues bien, con lo que hay se puede preparar un sabroso plato conocido como hummus y que nos ayudará a poner en nuestra mesa algo inusual por estos lares pero sabroso.

Se trata de un puré de garbanzos que servirá para acompañar galletas, panes, o trozos de zanahoria y de apio. Muy popular a todo lo largo del Medio Oriente, esta deliciosa receta renovará nuestro menú, aunque usemos ingredientes comunes a la cocina cubana.

Un hummus a la cubana para seis comensales necesita:

1 taza de garbanzo

1 cebolla picada

2 dientes de ajo machacados

1 cucharadita de comino

1 cucharadita de sal

2 cucharadas de jugo de limón

1/4 taza de aceite

1 pizca de pimentón dulce

Hay que poner los garbanzos en agua desde la noche anterior, para que queden tiernos a la hora de cocerlos. Después, debemos cocinarlos en la olla de presión durante veinte minutos desde que comienza a sonar por la salida del vapor. Una vez que los granos se muestren suaves, debemos escurrir y dejar refrescar.

En una sartén, agregar una cucharada de aceite, la cebolla bien cortada, el ajo lo más pequeño que se pueda picar, la sal y el comino junto a los granos de garbanzos. Saltear esa mezcla por unos minutos.

Ahora le toca el turno a la batidora, ya sea de vaso o de mano. En ella hay que triturar el contenido que hemos salteado en la sartén, después de agregar el resto del aceite, el jugo de limón y, si hiciera falta, una pizca de agua para homogenizar la mezcla.

El resultado es una crema de color amarillo muy pálido, a la que podremos agregarle si nos apetece pimienta negra, un poco más de sal o de limón. Colocada en una fuente redonda y profunda, junto a trozo de zanahoria, apio, rebanadas de pan o galletas de soda, será una verdadera tentación para los comensales. Podemos espolvorearles un poco de pimentón dulce y otro chorrito de aceite.

Nunca más volveremos a pensar que esos garbanzos pequeños que hay por estos días en los mercados "no sirven para nada".

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