Mirar a la sociedad a través del 'Lente Cubano'

Pedro Acosta/Zunilda Mata

12 de noviembre 2016 - 14:53

La Habana/Entre esculturas e instalaciones artísticas, se movían esta semana Iliana Hernández y Yusmila Reyna en la Fábrica de Arte Cubano. Las dos mujeres grabaron algunas escenas para el programa Lente Cubano, un espacio que se acerca a la realidad de la Isla a través de la cultura, la denuncia y las historias de éxito o desesperanza que pueblan las calles.

Cámara en mano, Hernández y Reyna organizaron en esa ocasión una entrevista con la modelo Katy Gil. Para llegar a tiempo al Vedado ambas creadoras tuvieron que atravesar buena parte de la ciudad: desde Cojímar y Bauta, respectivamente. Lo hicieron sin titubear, porque el proyecto les despierta pasión y una buena dosis de entusiasmo.

“El transporte es una seria dificultad, pues no contamos con uno propio”, explica a este diario Hernández, creadora, productora y presentadora del espacio. Asegura sostener económicamente el programa con sus recursos personales. Alquilar un auto es un lujo que no puede permitirse durante estos primeros pasos de su criatura audiovisual.

El propósito es ambicioso: un espacio semanal, de media hora, con cinco secciones en las que se habla de moda, reportan denuncias, promocionan negocios privados y difunden el trabajo de los artistas

El propósito es ambicioso: un espacio semanal, de media hora, con cinco secciones en las que se habla de moda, reportan denuncias, promocionan negocios privados y difunden el trabajo de los artistas. “Todo gratuito”, aclaran las creadoras cuando se les pregunta por la distribución del material.

Las dificultades que deben sortear no parten solo de la ilegalidad a que están sometidos los medios alternativos en Cuba. Durante los últimos años han surgido diversos espacios independientes y la competencia se vuelve cada día más reñida. Los usuarios son muy exigentes y no basta con reflejar los temas que el Gobierno escamotea, la profesionalidad importa.

Reyna, quien se desempeña como directora artística, también ha tenido una amplia experiencia como activista. “Hemos editado cinco programas y lanzado cuatro al aire” cuenta. Subir cada capítulo a la gran telaraña mundial lleva mucho tiempo y dinero. En ocasiones han estado hasta nueve horas para lograr transmitir por las colapsadas redes cubanas una de sus ediciones.

“El interés por salir adelante y hacer un producto de calidad es nuestra principal motivación”, dice. Hasta el micrófono que usan durante las filmaciones es fruto de la innovación de los otros integrantes del equipo: Gabriel González en la filmación-edición y los presentadores José R. Galán y Andy Marrero.

Sin embargo, los mayores obstáculos que deben sortear no son precisamente los materiales. Durante su trabajo chocan muchas veces con el temor que recorre a la sociedad cubana. Obtener declaraciones en la calle se vuelve complicado por el miedo de los entrevistados, pero siempre terminan por encontrar a alguien decidido a hablar

En los principios públicos del proyecto se deja claro que “mira a la sociedad en todas sus facetas” y a la gente “con sus éxitos y sus problemas”. Lente Cubano “no es político, sino con un enfoque variado y sin censura”, por lo que “nunca tergiversará la realidad, ni tampoco las opiniones de sus invitados”.

Frente al lente de las dos inquietas creadoras han pasado desde el presidente de la Sociedad Yoruba de Cuba, José Manuel Pérez Presidente, hasta músicos al estilo de Yomil, el Danny, El Noro, Dayana o Adriano Disjay. Los activistas Eliecer Ávila, Manuel Cuesta Morúa, Wilfredo Vallín y Martha Adela Tamayo también han sido invitados para compartir sus puntos de vista.

Hernández cuenta que se encuentran en negociaciones con una productora estadounidense para que el programa se transmita en ese país

Hernández cuenta que se encuentran en negociaciones con una productora estadounidense para que el programa se transmita en ese país. En la medida en que logren dividendos, abarcarán otras zonas de la Isla fuera de la capital. Más adelante, esta cubana que vivió por largos años en España y decidió repatriarse, sueña con tener una agencia publicitaria.

Mientras llegan los ansiados recursos, los que forman parte del proyecto no perciben salario. “Hay que hacer malabares hasta que aparezcan las finanzas”, sentencia su directora. En cambio, las advertencias de la Seguridad del Estado no se han hecho esperar y un oficial se ha encargado de transmitir a la activista que tuviera "cuidado" con lo que hacía con su programa, sobre todo con la sección dedicada a las quejas ciudadanas.

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