“Los campesinos han despertado a la realidad del sistema, aunque no puedan protestar abiertamente”

Rolando Pupo Carralero, del Partido Cuba Independiente y Democrática, afirma que es difícil que los opositores sean propietarios de la tierra

Un campesino cubano ara la tierra con sus bueyes (CC)
Un campesino cubano ara la tierra con sus bueyes (CC)
Ricardo Fernández

12 de septiembre 2016 - 13:17

Pinar del Río/Rolando Pupo Carralero se declara amante del campo, a pesar de haber comenzado a trabajar la tierra por necesidad, cuando dejó sus estudios de economía.

Actualmente miembro del ejecutivo nacional del Partido Cuba Independiente y Democrática (Cid) y coordinador en la región occidental de esa agrupación política, Pupo es trabajador en una vega tabacalera desde hace años. Desde su experiencia en el campo, sostiene que es muy difícil que a los opositores se les permita ser propietarios de la tierra y cree que los campesinos han cobrado conciencia de lo que la Revolución ha supuesto para un oficio por el que reciben hasta 45 veces menos del valor de lo que producen.

Pregunta. ¿Cómo es posible que dentro de la oposición no hayan surgido organizaciones de campesinos independientes?

Respuesta. En Cuba, a los opositores no le permiten tener tierras. No es una ley escrita, pero al estar (las tierras) en manos del Estado, su repartición se hace por idoneidad y los opositores no suelen entrar en esa categoría. Podrían tener vegas y formar parte de la oposición los que las recibieron por herencia, pero aún así, el Gobierno tiene formas de presión para evitarlo. Entre estas, las más recias son la obligatoriedad de afiliarse a una cooperativa con personalidad jurídica, porque de lo contrario no pueden comprar insumos y servicios o vender las cosechas. Todavía no existe, en Cuba, un sector privado capaz de contratar producciones enteras y tampoco un mercado legal donde adquirir abonos e insumos si no estás afiliado a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap).

os únicos que podrían tener vegas y formar parte de la oposición serían los que las recibieron por herencia, pero aún así, el Gobierno tiene formas de presión para evitarlo

P. ¿Eso significa que el campesinado está de acuerdo con el sistema cubano?

R. El hecho de que no puedan pertenecer a la oposición activa no significa que no se opongan, pero el campesino no tiene libertad ni autonomía. A pesar de los mecanismos que usa el Gobierno para adoctrinar y reprimir al campesinado (cooperativas, Anap y otras instituciones por el estilo), los agricultores no se dejan subyugar. Hay que estar en una reunión de la cooperativa, que se convoca mensualmente, para ver el alto grado de inconformidad y la crudeza en los criterios bien fundamentados que exponen los asociados.

P. ¿A qué se debe que los campesinos hayan cambiado de posición respecto al Gobierno?

R. En un principio el campesinado apoyó la Revolución porque le trajo algunos beneficios, pero las cuentas se han hecho claras con el tiempo. Por ejemplo, en el caso del tabaco, el Estado compra el quintal de primera (más del 70% de calidad) a 2.574 pesos, para lo que se necesitan 1.300 posturas, con un gasto grande de recursos en siembra, cultivo, cosecha y tratamiento de secado. Pero ese quintal de tabaco contiene 12.800 hojas (80 cujes de 160 hojas cada uno) si contamos que para hacer un puro de primera calidad se necesitan solo tres hojas, el quintal se convierte en 4.266 tabacos para la exportación y una cantidad igual o superior en divisas. Al campesino le pagan 102 CUC cuando el valor real de su producción es 45 veces más. Esas desigualdades absurdas hacen que el esfuerzo en el trabajo alcance apenas para vivir, por eso han despertado a la realidad del sistema; aunque no puedan protestar abiertamente.

Al campesino le pagan 102 CUC cuando el valor real de su producción es 45 veces más

P. ¿Existen opositores vinculados al campo?

R. Yo soy uno de ellos. No puedo ser propietario, pero sí cultivo la tierra con mi padrastro, que es el dueño. Muchos opositores trabajan en labores agrícolas, unos por necesidad y otros por amor. Aunque las presiones del Gobierno se han hecho sentir, con amenazas a los dueños que emplean disidentes, los campesinos ya no se dejan intimidar. Por ejemplo, a mi padrastro la Seguridad del Estado lo amenaza periódicamente, con quitarle la tierra si sigo trabajando en ella; pero él defiende su posición con mi derecho a trabajar y convivir por ser su familiar. Ya pasaron los tiempos en que ser un opositor era un estigma para la sociedad. Los campesinos no contratan por comunista u opositor, buscan rendimiento en el trabajo sin importar la posición política.

P. ¿Cómo ha sido, para usted vincular las labores agrícolas con la oposición?

R. A veces es un poco complicado porque algunos subestiman a los agricultores, asociando los términos campesino y bruto; pero hay mucha gente inteligente trabajando en el campo.

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