Unos constructores usan una técnica ancestral mexicana en casas dañadas por el huracán Matthew

Las afueras de Baracoa tras el paso del huracán Matthew. (EFE)
Las afueras de Baracoa tras el paso del huracán Matthew. (EFE)

08 de agosto 2017 - 17:49

La Habana/(EFE).- Constructores de Guantánamo se entrenan en la edificación de bóvedas de ladrillo cerámico, técnica centenaria típica de México, dentro de un proyecto para acelerar la finalización de cientos de casas afectadas por el huracán Matthew, publican este martes y medios oficiales de la Isla.

La solución constructiva, que forma parte de una iniciativa llevada a Cuba por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, no requiere de encofrado y tampoco necesita acero ni hormigón, por lo que resulta más económica que las cubiertas de placas, las más usadas en ese país caribeño.

La extensión de esta técnica, aplicada desde hace más de 200 años en estados mexicanos como Jalisco, Michoacán, Querétaro y Oaxaca, podría solucionar el "problema omnipresente" de la escasez de los materiales para construir techos de placa, "con el empleo de recursos locales", señala el diario estatal Granma.

En la provincia oriental, la más afectada por el paso del intenso huracán Matthew el 4 de octubre del 2016, "abundan los productores de ladrillos cerámicos y existe una industria estatal, lo que junto a la disponibilidad abundante de la materia prima principal (arcilla) debe facilitar la extensión de esta práctica", indica la nota.

Los albañiles, arquitectos e ingenieros cubanos son entrenados por el director del Instituto de las Bóvedas Mexicanas y Tecnologías Regionales, Ramón Aguirre Morales.

La solución constructiva no requiere de encofrado y tampoco necesita acero ni hormigón, por lo que resulta más económica que las cubiertas de placas

Aguirre Morales explicó que las cúpulas de ladrillo cerámico se construyen en territorios mexicanos donde la "actividad sísmica es frecuente y las bóvedas no han colapsado, pues son construcciones fuertes y seguras".

En ellas se usan ladrillos cocidos de cinco centímetros de ancho, diez de alto y veinte de largo, con un peso aproximado de 1,5 kilogramos, más pequeños que los producidos habitualmente en la provincia cubana.

Su menor tamaño y peso favorece la edificación de los arcos y el sostenimiento de un ladrillo con otro, apuntó el experto mexicano.

Guantánamo fue la provincia más afectada por el paso de Matthew, de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson (con un máximo de 5) y el tercero más devastador de la historia de la Isla, donde causó daños materiales por 97,2 millones de dólares, sin pérdida de vidas humanas.

El meteoro afectó a 46.706 viviendas, de las que 8.312 quedaron completamente derrumbadas (el 17,8%), según datos oficiales.

Baracoa, la primera villa cubana fundada por los españoles, fue la que recibió los embates directos de Matthew y el 90% de los 900 edificios de su centro histórico quedaron dañados parcial o totalmente.

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