El dilema de Obama sobre el embargo a Cuba

Conversación telefónica entre Barack Obama y Raúl Castro. (Casa Blanca)
Conversación telefónica entre Barack Obama y Raúl Castro el pasado 17 de diciembre. (Casa Blanca)
Lucía Leal

23 de agosto 2015 - 16:41

Washington, DC/(EFE).- El presidente estadounidense, Barack Obama, debe decidir pronto si renueva por un año más la base legal del embargo a Cuba o la elimina, un paso que estaría cargado de simbolismo, pero que, según los expertos, podría anular su autoridad para relajar las sanciones a la isla mediante decretos ejecutivos.

Obama ha de decidir antes del próximo 14 de septiembre si prolonga las sanciones a Cuba bajo la llamada Ley de Comercio con el Enemigo, un estatuto de 1917 al que John Kennedy recurrió en 1962 para imponer el embargo económico a la isla y que desde entonces han renovado, año tras año, los nueve siguientes presidentes de Estados Unidos.

Cuba es actualmente el único país del mundo sancionado bajo esa ley, que autoriza al dirigente estadounidense a imponer y mantener restricciones económicas a Estados considerados hostiles.

No obstante, el efecto de esa ley en términos de las sanciones a Cuba es más simbólico que real porque el embargo se ha reforzado a lo largo del último medio siglo mediante otros estatutos, incluido uno que estipula que solo el Congreso puede levantarlo por completo.

A primera vista, Obama entraría en una contradicción si, después de ocho meses insistiendo en que el Congreso debe levantar el embargo, decide mantener a Cuba vinculada a la ley que permitió instaurar esa medida hace cinco décadas.

Pero Robert Muse, un abogado considerado por muchos como el mayor experto en la legislación estadounidense respecto a Cuba, cree que Obama estaría haciendo "algo muy peligroso" para su propia política si deja que caduque la base del embargo.

"Es irónico, pero podría ser contraproducente" si lo hace, aseguró Muse a Efe.

"La Ley de Comercio con el Enemigo es, con mucho margen, el estatuto principal que activa el embargo. Pero también es el único que confiere la actividad ejecutiva al presidente para relajar el embargo a Cuba", añadió el abogado, que lleva 25 años asesorando a empresas sobre la legislación estadounidense respecto a Cuba.

Fue en base a esa ley que Estados Unidos adoptó en 1963 las regulaciones para el control de activos cubanos, que prohíben toda transacción financiera con Cuba no autorizada por el Departamento del Tesoro y que suponen "el 95 % del embargo", indicó Muse.

El embargo quedó codificado como ley en 1996 mediante la legislación Helms-Burton, que estipula que las restricciones económicas deben mantenerse en vigor hasta que Cuba cumpla ciertas condiciones, entre ellas que la familia Castro abandone el poder.

Muse argumentó que, si Obama deja que el 14 de septiembre caduque la disposición sobre Cuba en la Ley de Comercio con el Enemigo, podría perder su "flexibilidad para conceder permisos y cambiar las reglas" de aplicación del embargo, que pasaría a estar en manos del Congreso en todas sus dimensiones.

Esto sería un paso atrás, según Muse, que aseguró que Obama tiene aún mucho margen de maniobra respecto a la aplicación del embargo.

"Si Obama usara su autoridad ejecutiva respecto al embargo, éste se quedaría como un trozo de queso que tiene tantos agujeros que ya no le queda queso. Sería una reliquia", advirtió.

No obstante, la Administración de Obama ha evitado en los últimos meses hablar sobre cualquier acción ejecutiva respecto al embargo y ha insistido en que su fin depende del Congreso, controlado por la oposición republicana y reticente a actuar en esa área.

En cualquier caso, Obama tendrá que ver también el peso simbólico que podría tener a nivel político la eliminación de Cuba de esa ley, en un momento en que acaban de reanudarse las relaciones diplomáticas y abrirse embajadas en las respectivas capitales.

Amnistía Internacional ha pedido varias veces a Obama que deje caducar las medidas referentes a Cuba bajo la Ley de Comercio con el Enemigo, al considerar que eso enviaría al Congreso un mensaje rotundo sobre la necesidad de levantar el embargo.

"Creo que los activistas que reclaman un mayor acercamiento a Cuba van a ejercer presión al presidente para que desvincule a Cuba de esa ley porque considerarán que simbólicamente es un gesto más importante que el riesgo a lo que Obama pueda hacer con decretos", dijo a Efe otro experto en comercio con Cuba, John Kavulich.

"Si no lo hace, tendrá que explicárselo a la gente y es un tema muy técnico, que probablemente muchos no van a entender", añadió Kavulich, que preside el Consejo Comercial y Económico EE UU-Cuba, una organización que reúne a empresas de todo el país.

En resumen, Obama tendrá que elegir "entre el simbolismo y la ley", apuntó Kavulich.

Muse, en cambio, considera que Obama sí podría renovar fácilmente la medida y explicar a la opinión pública que está prorrogando su propia autoridad, "manteniendo vivo" su poder para cambiar las regulaciones relativas al embargo, como ha hecho en los últimos años.

En 2008, el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, eliminó a Corea del Norte de la Ley de Comercio con el Enemigo, tras el acuerdo para que Pyonyang divulgara detalles de su programa nuclear.

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