La falta de confianza lastra los créditos bancarios

Apenas el 1% de los cuentapropistas solicita un préstamo ante el miedo a que afectaría su autonomía y les traería más problemas que beneficios

Hombre en un taller de reparación de radios por cuenta propia. (SILVIA CORBELLE)
Hombre en un taller de reparación de radios por cuenta propia. (SILVIA CORBELLE)
Rosa López

30 de abril 2015 - 06:20

La Habana/A tres años de la implementación del decreto que volvió a introducir los créditos bancarios para trabajadores por cuenta propia y cooperativas no agropecuarias, la desconfianza y la falta de cultura crediticia solo han permitido acceder a ellos al 1% de los 482.827 cuentapropistas registrados en todo el país. Desde 2012, las entidades bancarias han visto a muchos llegar preguntando por los créditos, pero pocos se deciden a rellenar una solicitud.

Olga de la Caridad Zuñiga es una de ellos. Esta vecina de Diez de Octubre arrienda una habitación a clientes nacionales y ahora quiere ampliar su negocio. "Necesito dinero para reformar el cuarto y hacerle un pequeño baño dentro", explica en la sucursal del Banco Metropolitano más cercano a su casa. Le ha costado un año y muchas estrecheces superar la desconfianza hacia las instituciones bancarias y ahora solicita un crédito que le permita llevar a cabo las remodelaciones.

En la capital cubana, hasta el momento apenas existen 5.908 cuentas corrientes de trabajadores por cuenta propia. La mayoría prefiere aún guardar el dinero en casa y no pedir un préstamo. Muchos de los nuevos negocios privados que han surgido en La Habana cuentan con un capital inicial prestado por un amigo o pariente, especialmente enviado desde el extranjero.

"Para quien no tiene a nadie que le mande dinero, se vuelve muy difícil montar un negocio", asegura Ricardo Monteblanco, quien se gana la vida vendiendo cubitos de hielo para fiestas. "Tengo varias máquinas que he tenido que comprar con lo que obtuve de la venta de un equipo de música", explica, pero dice necesitar "una nueva inversión para mejorar, entre otras cosas, la publicidad entre los clientes que hacen fiestas o tienen una cafetería". El hombre calcula que necesitaría el equivalente a unos 3.000 pesos convertibles para agregar además dos aparatos de refrigeración, contratar un ayudante y comprar una pequeña moto para trasladar la mercancía.

Si se le pregunta a Monteblanco por qué no acude al banco, su respuesta va antecedida de una mueca. "¡Qué va! Prefiero triunfar solo o fracasar solo", argumenta. "Los intereses son muy altos, hay amigos míos que han pedido un crédito y ahora están pagando casi el 50% de sus ingresos mensuales para liquidar la deuda", agrega. Su crítica es compartida por otros trabajadores por cuenta propia que consideran la actual tasa de intereses demasiado alta, los plazos para la devolución muy breves y el papeleo inicial angustioso.

Muchos cuentapropistas consideran la actual tasa de intereses demasiado alta, los plazos para la devolución muy breves y el papeleo inicial angustioso

Para otros, sin embargo, el préstamo ha sido una solución. En el sector de la renta de habitaciones a turistas y debido al aumento de visitantes extranjeros que ha experimentado el país en los últimos meses, algunos han visto el crédito bancario como un buen apoyo. Mercy, por ejemplo, pidió cerca de diez mil pesos cubanos para mejorar el techo de la casa, porque tenía un problema de filtraciones. Aprovechó también para pintar la fachada e hizo unos pequeños arreglos de plomería. "Pude estirar cada centavo porque mi esposo y mi yerno fueron los que hicieron todo el trabajo, sino habría necesitado mucho más dinero para pagar la mano de obra", explica. La señora ya liquidó al banco toda la deuda y ahora está pensando solicitar un nuevo monto para mejorar la terraza de su casa en el Vedado.

El proceso es largo y complicado. Comienza con rellenar un formulario, junto al que debe presentarse le carné de identidad y la autorización de la actividad por cuenta propia. La inscripción en el registro de Contribuyentes de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria también resulta indispensable para iniciar el proceso. El banco procesará esos documentos y pedirá otros al solicitante, como el llamado flujo de caja. La respuesta de si se otorgará el financiamiento debe tardar entre siete y 20 días, pero varios cuentapropistas entrevistados refieren que esperaron hasta seis meses para que el dinero llegara a sus manos.

La concesión del financiamiento debería anunciarse entre siete y 20 días, pero varios cuentapropistas esperaron hasta seis meses

"En Cuba no hay costumbre de créditos bancarios", aseguraba en una entrevista con la prensa oficial Aymara Álvarez Martínez, directora de la sucursal 250 del Banco Metropolitano, ubicada en Paseo y Línea en el habanero municipio Plaza. Sin embargo, la falta de práctica no parece ser el mayor freno que hace que los cubanos se mantengan cautelosos ante las ofertas de préstamos. "Tengo miedo que por no poder pagar a tiempo, todos los vecinos se enteren de que soy un moroso", cuenta sus temores un hombre que se dedica al negocio de la fotografía para bodas y fiestas de 15 años.

Hace algunos años, se colocaron listas en sitios públicos con los nombres de quienes no pagaron el módulo de equipos electrodomésticos vendido a precios subsidiados. "El problema es que aquí el dueño de todo es el Estado, incluyendo los bancos", detalla el mismo fotógrafo,que prefirió no revelar su nombre. "Cuando le debes al banco en Cuba es como si le debieras directamente a Raúl Castro y la verdad es que no tengo deseos de tener un problema con él", ironiza el hombre.

Aunque su frase parece un poco exagerada, una buena parte de los trabajadores por cuenta propia considera que solicitar un crédito bancario afectaría su autonomía y les traería más problemas que beneficios.

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