Los taxistas privados cierran filas ante los precios topados por el Estado

La crisis en del transporte en La Habana se agrava ante la huelga de brazos caídos que protagonizan los transportistas privados. (14ymedio)
La crisis del transporte en La Habana se agrava ante la huelga de brazos caídos que protagonizan los transportistas privados. (14ymedio)
Marcelo Hernández

12 de febrero 2017 - 17:22

La Habana/“Llévame, que te pago el doble,” implora una mujer a un taxista en la céntrica esquina de Prado y Neptuno. El auto está vacío, pero el conductor no se detiene ante quienes extienden los brazos y muestran algunos billetes. La imposición de precios topados a los transportistas privados ha desatado un sorda batalla en las calles de La Habana.

Desde el pasado miércoles las autoridades de la capital aplican tarifas fijas para los recorridos de los taxistas particulares. Una decisión que puso punto final a la ley de oferta y demanda que reguló la transportación privada de pasajeros desde que se autorizara a mediados de los años 90.

Los conductores reaccionaron eliminando las paradas intermedias u optando solo por los pasajeros que hacen las rutas completas. A pesar de no contar con un sindicato independiente, cierran filas y han disminuído el número de clientes a transportar, una manera de presionar a las autoridades locales para que den un paso atrás.

Desde el pasado miércoles las autoridades de la capital aplican tarifas fijas para los recorridos de los taxistas particulares

“No ha hecho falta ponerse de acuerdo porque todos hemos entendido que si aceptamos esta medida después llegarán otras peores”, asegura Leo Ramírez, uno de los taxistas particulares que hace la ruta entre el centro y la barriada de La Víbora. Conductor de un Chevrolet de 1957, el hombre opina que el Gobierno les está haciendo “la guerra”.

Al igual que la mayoría de sus colegas que mueven pasajeros dentro de la ciudad, Ramírez lleva tres días que solo acepta trasladar a quienes hacen la ruta completa. “La mayor parte del tiempo circulo vacío y he perdido mucho dinero”, asegura a 14ymedio. “Si la cosa sigue así y no echan para atrás la medida, voy a entregar la licencia”, pronostica.

Al cierre de 2016 en el país laboraban más de 535.000 trabajadores privados o no estatales, la mayor cifra registrada desde 2010, según datos del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social (MTSS). De ellos, unos 54.350 se dedican al transporte de carga y pasajeros y son conocidos popularmente como boteros.

La situación ha puesto en jaque la movilidad en La Habana, una ciudad con más de dos millones de habitantes y un transporte público aquejado por el déficit de vehículos.

En julio de 2016 el Consejo de la Administración Provincial publicó el Acuerdo 185 en el que se decretaban importes máximos para las rutas que realizan los populares almendrones. En aquella ocasión se establecían tarifas para los recorridos más importantes, pero los taxistas respondieron fragmentando los viajes y cobrando por tramos.

Tatiana Viera, vicepresidenta de la entidad, explicó en la televisión nacional que tras aquella decisión se detectaron “una serie de violaciones entre los meses de septiembre y octubre”. Por lo que “en función de seguir protegiendo a la población” decidieron hacer estas nuevas “precisiones en los tramos intermedios”.

La funcionaria explica que en los taxis privados se traslada el obrero, el estudiante y también “el maestro que con su salario y su ardua labor diaria no puede solventar esa transportación a esos precios”. Viera apunta que “estamos en el deber estatal y moral de seguirlos protegiendo”, aunque catalogó a los almendrones como un “transporte complementario”.

La situación ha puesto en jaque la movilidad en La Habana, una ciudad con más de dos millones de habitantes y un transporte público aquejado por el déficit de vehículos

“El problema no son los precios, sino los salarios”, opina Yampier conductor de taxi en la ruta desde las cercanías del Capitolio hasta el municipio Marianao. Según el trabajador por cuenta propia, “nuestros carros siempre están llenos, lo que quiere decir que hay gente que puede pagar los precios que ponemos”. Considera que ahora “todos están afectados”.

Una jubilada que intentó tomar este sábado un taxi hasta Santiago de Las Vegas desde el parque El Curita, se mostró más optimista. “No había quien pagara esos precios, por lo que me alegro que el Estado haya intervenido”, comentó a este diario. La mujer salió a la calle con el periódico donde se publicaron las nuevas tarifas para “enseñárselo a quien se quiera hacer el listo y cobrar de más”.

La sanción para los que incumplan con los precios instaurados va desde una multa hasta la confiscación del vehículo. “Nuestros cuerpos de inspectores ya están en la calle” vestidos con “chaleco azul”, advierte Viera y agrega que “están acompañados de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR)”.

La sanción para los que incumplan con los precios instaurados va desde una multa hasta la confiscación del vehículo

Carlos Manuel, El Mulo, trabaja como albañil por cuenta propia y vive en el Reparto Martí. Cada día toma al menos dos almendrones para trasladarse hasta la casa donde está construyendo un baño y una cocina. “Cuando supe la noticia me sentí feliz, porque iba a pagar la mitad de lo que estaba pagando hasta el jueves pasado”, comenta a este diario.

Sin embargo, con el paso de los días El Mulo explica que la medida lo ha “perjudicado mucho”. Ahora “tengo que ir hasta la piquera donde se inicia mi ruta para poder subirme a un carro”, cuenta. De manera que “pago más porque tengo que trasladarme hasta la cabecera”, se queja.

El albañil también está preocupado porque “este tipo de decisión del Estado” termine “por llegar también a otras ocupaciones”. En su caso teme que “un día anuncien un precio topado para la colocación de un metro cuadrado de azulejos o la instalación de muebles sanitarios”, una situación en la que saldría "muy perjudicado”.

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