Noticia anticipada de otro Primero de Mayo

Celebración del Primero de Mayo en Cuba. (FLICKR/CC)
Celebración del Primero de Mayo en Cuba. (FLICKR/CC)
Reinaldo Escobar

30 de abril 2015 - 06:30

La Habana/Como toda ceremonia ritual, el desfile por el Día Internacional de los Trabajadores implica una preparación previa y propósitos específicos. Junto a los actos por el 26 de julio y los aniversarios del triunfo de la revolución, el Primero de Mayo se ha destacado siempre por ser la celebración que más personas moviliza en Cuba.

En algunos de estos desfiles han sido contabilizados alrededor de un millón de participantes. En dependencia de las orientaciones emanadas desde la máxima instancia se convocan a veces en términos neutrales, como "para defender la patria", en otros las consignas pueden ser más específicas como "Contra el bloqueo Imperialista" o como el año pasado "Por el regreso de los cinco héroes". El desfile de 2015 lleva de lema central "Unidos en la construcción del socialismo" y los cronistas oficiales afirman que será masivo, compacto, contundente, inolvidable y otros adjetivos similares.

En la capital, a partir de las 12 de la noche del 30 de abril quedarán cerradas al tránsito con prohibición de estacionamiento en las principales avenidas aledañas a la Plaza de la Revolución. Si la lluvia no juega una mala pasada, desde la madrugada empezarán a concentrarse, en los puntos de ubicación previstos, los 18 bloques en que se desglosará la marcha. Al frente irán 50.000 trabajadores de la Salud Pública, encabezados por los integrantes de la Brigada Médica que enfrentó la epidemia de ébola en África.

La selección de este grupo señalando la vanguardia de la vanguardia tiene connotaciones diversas. Quizás la más significativa esté relacionada con los nuevos aires que soplan en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos a partir del pasado 17 de diciembre. Enfundados en sus trajes de protección, los galenos y enfermeros cubanos trabajaron codo con codo con especialistas norteamericanos y desempeñaron muchas veces sus funciones bajo la dirección y con los recursos estadounidenses.

Esta vez la Seguridad del Estado tendrá que estar atenta a que ningún extremista se aparezca con insultos contra Obama o fundamentalismos extemporáneos

Habrá que tener el ojo avizor para detectar la temperatura antiimperialista que sugieren las consignas enarboladas. Esta vez el operativo de la Seguridad del Estado, que tradicionalmente se despliega en las inmediaciones de la tribuna para detectar cualquier provocación "del enemigo", tendrá que estar atento también a que ningún extremista se aparezca a la plaza con insultos contra Obama o fundamentalismos extemporáneos.

Como cada año vendrán visitantes de medio mundo a contemplar el magnífico espectáculo. Ya han confirmado su participación más de 1.800 representantes de casi 200 organizaciones de 68 países. De ellos 285 son norteamericanos. La mayoría son sindicalistas, pero también estarán los grupos de solidaridad y movimientos sociales. Muchos de ellos estarán presentes el sábado 2 de mayo en un Encuentro de Solidaridad Internacional programado para trazar el nuevo rumbo donde tendrán que enfocarse, ahora que ya no hay héroes encarcelados, que Cuba ya no estará en la lista de países que colaboran con el terrorismo y el embargo parece tener sus días contados.

Trabajadores, militares, estudiantes, deportistas agitarán sus banderas para que el presente siga pareciéndose al pasado

La pauta del desfile, el modelo a seguir, es el que se hace en la Plaza de la Revolución en La Habana. Cada provincia organiza sus actos, pero con poco margen para la improvisación. De manera que en cada plaza provincial el desfile lo empezarán los trabajadores de la salud pública en un número que rondará los 300.000 en todo el país, donde se incluyen los que trabajan en las brigadas antivectores, conocidos como "los grises", reforzados con la presencia de jóvenes reclutas del Servicio Militar, que en las filas del Ejército Juvenil del Trabajo se dedican a detectar y eliminar focos de mosquitos y que reciben un pulóver blanco con el logotipo de la Salud Pública para que lo usen en la marcha proletaria.

Los coreógrafos encargados de diseñar esta colosal danza han determinado que al final de esta parada irán los jóvenes. Trabajadores, militares, estudiantes, deportistas, exultantes de hormonas y adrenalina, agitarán sus banderas y pasarán cantando o bailando. Con el mismo éxtasis que en algunas culturas las víctimas iban al altar del sacrificio, jurarán eterna lealtad a los ancianos líderes, ratificarán su firme compromiso con el socialismo y los lineamientos del Congreso del Partido, ofrendarán su futuro para que el presente siga pareciéndose al pasado.

Poco después un ejército de barrenderos eliminará los desperdicios.

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