La cartera del mendigo arrogante

La actual Cartera ofrece 395 proyectos distribuidos en 14 renglones de la economía. Comparada con la del año anterior presenta dos sectores más. (14ymedio/Luz Escobar)
La actual Cartera ofrece 395 proyectos distribuidos en 14 renglones de la economía. Comparada con la del año anterior presenta dos sectores más. (14ymedio/Luz Escobar)
Reinaldo Escobar

07 de noviembre 2016 - 10:36

La Habana/La aparición de inusuales renglones como la cría de avestruz, la producción de huevos de codorniz o la tenería de pieles exóticas, junto a la tímida introducción del sector bancario, son las novedades más significativas de la Cartera de oportunidades de inversión extranjera lanzada durante la recién concluida Feria Internacional de La Habana (Fihav).

Las ilusiones generadas en 2014 con la nueva apertura de Cuba al capital foráneo han perdido fuerza en el camino. La tercera edición del portafolio orientado al empresariado internacional evidencia parte de ese desgano. El documento repite propuestas que no acaban de encontrar un buen postor y agrega tímidas ofertas que aún deben sortear la desconfianza.

No se avizora ninguna flexibilización a corto plazo que haga del país un sitio atractivo y seguro para instalar un negocio

Los inversionistas no acaban de "caer rendidos" ante los trozos del pastel cubano. En parte por las trabas en la contratación y los miedos que despierta la dualidad monetaria, pero fundamentalmente porque no se avizora ninguna flexibilización a corto plazo que haga del país un sitio atractivo y seguro para instalar un negocio.

La actual Cartera ofrece 395 proyectos distribuidos en 14 renglones de la economía. Comparada con la del año anterior presenta dos sectores más: el azucarero y el hidráulico. En total, trae 69 opciones adicionales a las de 2015 y unas 149 por encima del documento publicado hace dos años.

Sin embargo, como suele ocurrir, los números no lo dicen todo en este caso. Solo tres sectores, el azucarero, el agroalimentario y el turismo son responsables de las "nuevas oportunidades", mientras que la construcción, la industria y la minería muestran un decrecimiento.

El área de la salud mantiene casi inalterables los tres proyectos del año anterior, con la diferencia de que la inversión para la Clínica Internacional de medicina del deporte ya no se evalúa en 11 millones de dólares sino en 18,3. Un salto en el costo del que no se aclaran las razones.

Algo similar ocurre con la creación audiovisual, que irrumpió por primera vez en la cartera de 2015. Entre sus ofertas mantiene, sin que al parecer nadie le haga caso, los proyectos de un sistema de cable para la televisión nacional, la iniciativa de mejorar la informática y medios audiovisuales docentes, junto a la creación de un foro para la producción de materiales de alta definición.

La cartera no es, como muchos creen, el inventario de lo que está a remate en la Isla, sino un listado de aquello que se cae a pedazos o no logrará existir si no recibe cuanto antes el aire fresco del capital foráneo. Sus páginas describen los agujeros económicos de la nación y los montos que fija, junto a las condiciones que impone, resuenan como el pedido de un mendigo arrogante y perturbado.

La cartera no es el inventario de lo que está a remate en la Isla, sino un listado de aquello que se cae a pedazos o no logrará existir si no recibe cuanto antes el aire fresco del capital foráneo

La Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), donde solo la pasada semana se colocaron las "primeras piedras" de dos industrias, mantiene su lugar privilegiado al inicio del documento. Algunos de los proyectos del enclave económico repiten sus ofertas de hace dos años sin que la ola de entusiasmo que se predijo inicialmente haya empapado sus desolados terrenos.

La añorada "planta con tecnología limpia y de punta para el ensamblaje y producción de un nivel mínimo de 10.000 autos ligeros" vuelve a salir a escena, aunque en esta ocasión difiere de lo propuesto en las dos ediciones anteriores, en las que se ofertaba bajo la modalidad de empresa mixta. Ahora el Gobierno ha optado por ceder y aceptar que se erija como una empresa de capital totalmente extranjero.

El mismo cambio le ha ocurrido al proyecto de una planta "con tecnología limpia y de punta" productora de vajilla de mesa, vasos y copas para abastecer al sector hotelero. Actualmente estos productos son importados casi en su totalidad y la inestabilidad en el suministro aqueja a los servicios turísticos.

La inmovilidad en el entorno de la ZEDM también ha afectado a la ya mítica planta de envases de vidrio para bebidas, medicamentos y conservas de alimentos, con un costo de 70 millones de dólares. Del funcionamiento de esa industria depende desde la producción farmacéutica hasta la fabricación de refrescos, cervezas y compotas para niños.

En el resto del país otros proyectos se repiten año tras año, entre ellos el que propone la modernización tecnológica de una línea de sacrificio de 3.000 pollos por hora, como empresa mixta, la producción de arroz en la provincia de Artemisa o el procesamiento de maní y café.

El azúcar, que irrumpió en las páginas de la cartera en 2014 con la propuesta de mejorar la gestión empresarial en cuatro centrales, apenas reapareció un año después a través de una información general sobre la empresa Azcuba. Vuelve ahora a quedar en oferta con el añadido del procesamiento de los derivados de la caña, quizás tras los consecutivos fracasos de las pasadas zafras.

Los más optimistas confían en que los retoques hechos generarán algo de entusiasmo entre los inversionistas, pero olvidan que ningún gesto se hace con más cautela que meter la mano en el bolsillo

El sector de las telecomunicaciones, tecnologías de la información y comunicación asoma en la cartera, pero sin que se detalle los proyectos específicos. La única información que se reitera es que "se excluye la modalidad de empresas de capital totalmente extranjero dentro de este sector", una forma de mantener el control estatal sobre el trasiego de información.

En las últimas páginas del puntilloso documento se menciona por primera vez el sector bancario y financiero, pero solo para mostrar las facilidades con las que contarán los inversionistas. El texto advierte, no obstante, que "queda excluida la inversión en el capital de las instituciones financieras de capital 100 por ciento cubano, así como el establecimiento de sucursales de bancos extranjeros".

La nueva Cartera abre un compás de espera. Los más optimistas confían en que los retoques hechos generarán algo de entusiasmo entre los inversionistas, pero olvidan que ningún gesto se hace con más cautela que meter la mano en el bolsillo. Nada es más difícil que confiar el capital a quienes han desdeñado la riqueza y asaltado sistemáticamente el patrimonio ajeno.

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