La tragedia de dos familias cubanas en tierras lejanas

Tres cubanos fallecieron en un accidente de tránsito cuando viajaban de Brasil a Uruguay en una concurrida ruta de migración irregular

Restos del taxi en el que viajaban los cubanos Niurka García Roque, Reinaldo Delgado Díaz, Osmani Hidalgo Leyva y Armando Sosa González. (Policía Rodoviaria Federal)
Restos del taxi en el que viajaban los cubanos Niurka García Roque, Reinaldo Delgado Díaz, Osmani Hidalgo Leyva y Armando Sosa González. (Policía Rodoviaria Federal)
Mario J. Pentón

10 de enero 2018 - 12:41

Miami/El pasado 30 de diciembre Osmani Hidalgo Leyva, un joven cubano de 21 años actualizó por última vez su foto de perfil en la red social Facebook. Escogió una imagen en la que aparecía junto a su esposa, Elianis Díaz, con la que había contraído matrimonio hacía apenas tres semanas.

"Happy new year 2018" fue el último mensaje de Hidalgo Leyva, quien junto a otros dos cubanos perdió la vida en un trágico accidente en Río Grande do Sul el 1 de enero, a miles de kilómetros de Las Tunas, su ciudad natal.

"No puedo hablar sobre él. Ha pasado muy poco tiempo. Esto ha sido demasiado, es muy crudo aún", dice su viuda, Elianis Díaz, a 14ymedio. "La familia está destrozada, no entendemos qué ocurrió", añade. Su esposo le había dicho que viajaría a Guyana en compañía de su hermano y de su padre pero mantuvo en secreto el plan de emigrar a Uruguay.

Su esposo le había dicho que viajaría a Guyana en compañía de su hermano y de su padre pero mantuvo en secreto el plan de emigrar a Uruguay

A Hidalgo Leyva le sobreviven tres hermanos. Su madre, con quien vivía en el barrio Buena Vista de la capital tunera, está "devastada", explica su nuera.

"Todavía están haciendo las gestiones para repatriar el cuerpo, pero eso es un proceso caro. Tengo entendido que los trámites son a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, pero ni la madre ni yo tenemos cabeza para eso ahora", comenta.

Al dolor de Díaz se ha sumado la falta de información de lo ocurrido con su esposo. La prensa oficial en la Isla no ha cubierto la noticia del accidente y en su hogar no cuenta ni siquiera con servicio telefónico. Familiares y amigos han intentado seguir las noticias a través de las publicaciones en internet.

En el accidente murieron en total ocho personas y un cubano de 24 años, Sosa González, resultó gravemente herido y permanece en una clínica en Brasil a la espera de su hermano, Adrian Sosa, que reside en Miami.

Con Hidalgo Leyva compartían transporte Niurka García Roque, de 46 años, y Reinaldo Delgado Díaz, su esposo, de 45 años. Ambos, de procedencia matancera, fallecieron y sus cuerpos permanecen en Brasil. El padre y el hermano de Hidalgo Leyva tomaron un segundo taxi que los seguía de cerca, por lo que fueron los primeros en llegar a la escena del accidente.

Delgado Díaz era dulcero panadero y tenía un hijo en Cuba de una relación anterior. Su esposa, García Roque dejó en Miami tres hijos de 18, 19 y 30 años, también de una relación previa.

Todos los cubanos fallecidos se dirigían hacia la ciudad fronteriza de Chuy, en una ruta muy concurrida de migración irregular hacia Uruguay. Según el periodista Carlos Rollsing del diario de Porto Alegre Zero Hora, la mayor parte de los migrantes entran a Brasil desde Guyana y, una vez en territorio brasileño, solicitan el visado de turismo, válido durante 90 días. Posteriormente piden refugio a la Policía Federal, lo que les permite, antes de que un juez se lo conceda, obtener un permiso de trabajo y un estatus legal.

Muchos de los migrantes van camino a Uruguay y otros se asientan en Brasil. Según el diario El País de Montevideo, Uruguay recibió a 6.350 cubanos entre 2016 y 2017. Las cifras han aumentado sensiblemente desde que Estados Unidos pusiera fin, el pasado enero, a la política de pies secos/pies mojados.

El consulado de Cuba en Sao Paulo se negó a dar declaraciones a 14ymedio sobre la condición migratoria de los cubanos que fallecieron en Río Grande y la ayuda que brinda a las víctimas del accidente y a sus familiares en la Isla.

Las pertenencias de los fallecidos, junto a 2.000 dólares que llevaba el sobreviviente, se encuentran en poder de la policía. Según explicaron los oficiales, el accidente continúa bajo investigación y tanto la policía uruguaya como la brasileña sospechan de la presencia de redes de coyotes que están ayudando a los cubanos a llegar a tierras australes. La policía tiene en su poder los teléfonos móviles de las víctimas y espera encontrar más información una vez que sean analizados.

El accidente continúa bajo investigación y tanto la policía uruguaya como la brasileña sospechan de la presencia de redes de 'coyotes' que están ayudando a los cubanos a llegar a tierras australes

En las maletas, que ya han sido revisadas por la policía, se hallaba un gran número de medicamentos entre los que destacan varias tiras de clordiazepóxido, dipirona, verapamilo y amoxicilina.

"Osmani era un excelente joven, se acababa de casar y tenía un futuro por delante", dice desde Las Tunas, vía telefónica, su amigo Samuel Enrique Rodríguez. "Era un joven atlético y simpático que siempre buscaba hacer el bien a los demás", recuerda.

Después de pasar el Servicio Militar Obligatorio, Hidalgo Leyva comenzó a trabajar como custodio de la Empresa de Servicios Especializados de Protección (SEPSA). Según Rodríguez quería marcharse del país para "vivir mejor".

"Quería trabajar en Uruguay para hacer dinero y mejorar sus condiciones de vida. Era un muchacho muy emprendedor y aquí las condiciones no son las mejores", añade.

Hidalgo Leyva era evangélico. Pertenecía a la II Iglesia Bautista Tesalónica en Las Tunas desde muy joven. Según Rodríguez algunas Iglesias de Brasil se han mostrado solidarias para ayudar a repatriar el cuerpo, un trámite que puede costar miles de dólares.

"Conocía a Osmani, era un príncipe", dice Ronelx Aguilar Villavicencio, un miembro de la Iglesia que impartió catequesis a Hidalgo Leyva cuando era un niño. "Siempre estaba unido a su hermano, siempre alegre y juguetón".

Aguilar publicó en Facebook a modo de honras fúnebres un texto sobre con sus recuerdos del joven y varias fotos de su actividad en la Iglesia.

"Decidieron irse con su padre a tierras desconocidas, al mundo ante ellos inexplorado. Creo que el Señor el 1 de enero de 2018 abrió las puertas del cielo para recibir a nuestro príncipe", escribió Aguilar. El texto provocó decenas de mensajes de condolencias entre los que destaca el de Argel Hidalgo, el hermano que lo acompañaba: "No puedo creer que mi hermano tan lindo esté muerto delante de mis ojos. Llevo dos días que no paro de llorar".

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Nota de la Redacción: El periodista Carlos Rollsing del diario brasileño Zero Hora colaboró en esta historia.

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