Opinión
El carnaval
Opinión
La Habana/Muchos pensaban que en Cuba el carnaval había desaparecido por las situaciones económicas que atravesamos, que se acabaron aquellas carrozas multicolores, los paseos y, sobre todo, los disfraces y las máscaras.
Se equivocan. Todo eso cambió de escenario. Ahora se instalaron en salones y oficinas, en teatros, parlamentos y viajes al interior y al exterior.
¿Quién la disfrazó de ministra de Trabajo?
El último destape fue el de la disfrazada de ministra, eructando que en el país no hay gente pasando las de Caín, con un pan al día… si llega, y veremos mañana. Los jubilados tienen que recoger latas y botellas para aliviar el hueco del bolsillo y del estómago.
Pero hurgando mejor en el caso: ¿quién la disfrazó de ministra de Trabajo?
Si no lo explican, infiero. Fue así: tin marín de dos pingüé… o un disfrazado barrigudo le puso el dedo en la nariz y sentenció con autoridad: “Tú eres la designada, compañera”.
¿Quiénes son los que han proporcionado, con sus manejos —malos manejos—, que haya una exuberante población de desposeídos?
Peor. Si es verdad comprobada que existen en el país una gran cantidad de hombres y mujeres en estado extremo de pobreza, hay que seguir cavando. ¿Quiénes son los que han proporcionado, con sus manejos –malos manejos–, que haya una exuberante población de desposeídos? ¿Quiénes les han proporcionado los disfraces de harapientos y su condición de sobrevivientes “buzos” de todos los exuberantes basureros que adornan nuestras ciudades?
Pero hay más disfrazados en este carnaval, y muchos más enmascarados haciéndose pasar por patriotas, por economistas, exigiendo sacrificios y ofreciendo futuros que conseguirán con medidas inventadas y que parten de la nada.
Otra pregunta: en esa puesta en escena de la carroza del Parlamento, ¿no hubo uno, uno solo, de los disfrazados de parlamentarios que levantara una mano, un dedo, que tosiera y dijera –con mucho miedo, desde luego— “lo que está diciendo la querida compañera ministra no se ajusta, creo yo con todo el respeto, a la realidad, porque en Jiguaní, Sibanicú, en Dimas o Cacoyogüín sí hay personas en harapos, sin agua, sin luz y sin pan”?
Atrás sale un barrigón disfrazado de dirigente a decir “alguito”, y otro, también barrigón, a congratular a la ministra
¿Por qué no apareció uno de esos que están disfrazados y con máscaras de complacencia para asentir y aprobar todo lo que les digan, y dijo algo así en ese mismo momento, en vez de esperar a que los radiotelevidentes formaran la algarabía de la inconformidad por tal vómito?
Y entodavía pior –como diría el guajiro Melesio– atrás sale un barrigón disfrazado de dirigente a decir “alguito”, y otro, también barrigón, a congratular a la ministra vomitante diciendo que es “muy valiente al renunciar al cargo”.
Debían premiarla con un pasaje hacia La Florida, para que se reúna con su hijito –seguro un ejemplar del hombre nuevo– que está allá construyendo el socialismo del siglo XXI.
También te puede interesar
Lo último