Cuba, la impotencia médica
Salud
La situación sanitaria en la Isla, a menos de siete días de cumplir 67 años en el poder, es catastrófica
Miami/El totalitarismo castrista ha incurrido en numerosos crímenes a través de toda su historia siendo uno de los mayores el ejecutado en el sector de la salud, aunque no es el único.
La dictadura cubana ha usado a los profesionales de la salud como instrumento de influencia política y mercancía humana, una estrategia derivada de la propuesta de una “medicina revolucionaria” dictada en 1960 por el asesino en serie Ernesto Che Guevara, otro gran fraude del absolutismo que impera en Cuba.
La población bajo el totalitarismo nunca ha podido acceder libremente a la compra de productos de aseo personal y menos adquirir desinfectantes o cualquier producto de limpieza.
Los insecticidas han faltado siempre, causando plagas de parásitos como las chinches que obligan a botar los deteriorados colchones y las escasas ropas de cama. En estos días, hablé con un familiar quien me dijo que cuando se despertaba en las noches tenía la sensación de que el repugnante animalito le salía por la boca.
Las autoridades no recogen la basura de manera sistemática. Los barrios populares se han convertido en verdaderos basureros y puntos fundamentales en la formación de focos infecciosos mientras las fosas sépticas en los domicilios se revientan, afectando la vida y contaminando el suelo y las aguas subterráneas, un crimen ambiental que se repite hasta en el sistema de alcantarillado que presenta grandes salideros por falta de mantenimiento.
En 2015, el realizador cinematográfico Wenceslao Cruz dirigió un documental del Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo titulado 'Mito y Realidad de la Medicina en Cuba'
La situación sanitaria en la Isla, a menos de siete días de cumplir 67 años en el poder, es catastrófica. La farsa de unos excelentes servicios médicos se ha desmontado por si sola, la mentira ha sido descubierta.
En 2015, el realizador cinematográfico Wenceslao Cruz dirigió un documental del Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo titulado Mito y Realidad de la Medicina en Cuba, bajo la asesoría de los doctores en medicina Santiago Cárdenas y Omar Vento, en el que se recogen testimonios que muestran que los servicios médicos bajo el castrismo han dado más prioridad a la gestión política, dentro y fuera la Isla, que a la salud de los ciudadanos.
Entre otros testimonios, está el del médico Darsi Ferrer, quien fuera un notable activista a favor de la democracia en Cuba y dijo: “En el servicio médico hay una amplia y profunda corrupción como consecuencia de las injusticias del sistema. Los pacientes no cuentan con derechos ante una mala práctica y el denominado médico de la familia es uno de los fracasos más grande del régimen. Además, el llamado internacionalismo no tiene nada que ver con el humanismo, la dictadura cumple un objetivo político, mientras, recibe miles de millones de dólares por la explotación que padecen los profesionales de la salud”.
El siempre presente dengue, el chikunguña y el oropouche han causado la muerte a decenas de personas, una cifra alta en un país donde las autoridades mienten sistemáticamente
Esa denuncia gráfica de hace diez años se reafirma con la trágica situación de salud que impera en la Isla de los generales y doctores del castrismo.
La situación de los hospitales cubanos es más que deplorable. Falta de todo, médicos, medicinas, equipos, reactivos y todo lo que se pueda imaginar, a lo que debemos sumar la pésima alimentación a los enfermos, cortes de electricidad y falta de agua. Los pacientes internados para sobrevivir requieren que sus familiares le hagan llegar desde el exterior lo que la cacareada potencia médica debía suministrarle.
La desidia criminal no cesa de producir tragedias como las que están sucediendo en estos momentos con la epidemia de varios virus transmitidos por los mosquitos que proliferan en la Isla, más la falta de insecticidas y la negligencia de los funcionarios públicos, que no eliminan focos infecciosos como los vertederos y la acumulación de desechos en los barrios durante meses.
Las enfermedades infecciosas en la Isla llenan un diccionario. El siempre presente dengue, el chikunguña y el oropouche han causado la muerte a decenas de personas, una cifra alta en un país donde las autoridades mienten sistemáticamente en todo los que les afecta.
Es apropiado denunciar que, aunque el castrismo es el principal culpable de tantas dolencias, no le han faltado cómplices extranjeros en la comisión de estos crímenes, entre ellos, la Organización Panamericana de la Salud, que ha sido demandada por trata de persona por médicos cubanos que participaron en las llamadas misiones, un subterfugio del totalitarismo y sus aliados para disfrazar el tráfico de esclavos.