Con motivo del Editorial del número 2 del 2012 de la revista Espacio Laical un grupo de periodistas del periódico Granma hicieron a manera de broma este Editorial apócrifo con la supuesta respuesta oficial al texto de los laicos católicos. Esto no pasa de ser un chiste, que ex colegas de trabajo me enviaron, pero lo transcribo aquí para que lo disfruten también quienes me leen.
En días recientes la revista Espacio Laical publicó un Editorial para defender al Cardenal Jaime Ortega de ciertos ataques recibidos por parte de elementos opositores a la Revolución tanto dentro como fuera de Cuba. En sus alegatos los editorialistas ponen de manifiesto algunas posiciones que no deben pasar inadvertidas por quienes defendemos el carácter irreversible del sistema socialista en nuestra Patria.
Usando eufemismos como “concordia nacional”, “transformación ordenada y gradual del orden nacional”, “cambios positivos y serenos, graduales e incluyentes, ordenados y pacíficos que logren articular un renovado modelo sociopolítico para Cuba”, los editores de Espacio Laical enmascaran lo que a todas luces se traduce como el desmontaje del socialismo en Cuba. Si realmente tuvieran un compromiso con la verdad, entonces sería mejor que dijeran claramente que quieren disolver la obra de la Revolución.
La iglesia católica, su jerarquía o su intelectualidad laica se equivocan si piensan que pueden sustituir al Partido Comunista en la búsqueda e implementación de soluciones a los problemas de Cuba. Quienes han demostrado paciencia y voluntad de diálogo no son precisamente los obispos con su cardenal al frente sino los dirigentes de la Revolución. Somos un partido marxista leninista y no renunciaremos a la lucha de clases, al odio de la clase obrera ante sus explotadores. ¿De qué tipo de reconciliación están hablando? ¿Se pretende que la Revolución devuelva las propiedades confiscadas a los abusadores de nuestro pueblo trabajador para invitar luego a estos antiguos explotadores a que vengan aquí a invertir sus dólares? ¿O acaso se pretende que perdonemos a Posada Carriles y al resto de la mafia terrorista que tantas y tan valiosas vidas le ha costado a la nación?
¿Creen los editores de Espacio Laical que tomando prudente distancia de los mercenarios al servicio de Washington no nos vamos a dar cuenta de que su agenda también está dictada desde el exterior como lo evidencian los llamados a la reconciliación emitidos recientemente por la antigua metrópoli colonial española, en la moción presentada en el congreso de ese país? ¿Creen que invocando palabras como debate, diálogo o respeto, lograrán hacer mella en nuestra intransigencia revolucionaria, en las enseñanzas heredadas de Antonio Maceo que no aceptó la capitulación en los mangos de Baraguá? ¿Pensarán acaso que hemos olvidado las sibilinas poses que ya pusieron por escrito en la carta pastoral de 1993 “El amor todo lo espera”? ¿Piensan que no nos acordamos del apoyo que le dieron a la burguesía derrotada y a la contrarrevolución en los primeros años de nuestra Revolución?
Nuestro pueblo tiene libertad religiosa y el estado mantiene magníficas relaciones con diversas denominaciones sin privilegiar a ninguna en particular. Le corresponde al Partido Comunista determinar la política y los cambios que sean necesarios implementar, tal y como se acordó en nuestro Sexto Congreso y en la 1ra Conferencia nacional con la participación democrática de todo nuestro pueblo. Qué nadie se equivoque, no queremos volver a la época de la confrontación con la iglesia pero no permitiremos injerencias de ningún tipo, especialmente las que se encaminan a renunciar a nuestro camino hacia un Socialismo más pleno y más justo.