Ausencia presidencial

“Hoy se cumplen 21 días que no me doy ni un trago…” decía una tonada que escuchábamos a Beny Moré allá por los años 50. Y hoy, si las cuentas no me fallan, se cumplen 21 días que nuestro general presidente no hace acto de presencia. Por La Habana han pasado varios dignatarios extranjeros, las lluvias convirtieron en verdaderas zonas de desastre algunos poblados del occidente y centro del país; eventos nacionales y extranjeros han merecido alguna que otra declaración y ayer fue su cumpleaños 81, pero el primer secretario del partido no aparece.

No me estoy quejando de lo que pudiera ser visto como una virtud, sobre todo si hacemos la comparación con el estilo de omnipresencia mediática que caracterizaba al hermano jubilado, pero hasta el afán de no ser protagonista tiene sus límites y no se puede dar la impresión de que la nave nacional carece de timonel.

Quizás tengamos que esperar a que Hugo Chávez haga otra visita a su equipo médico cubano o a que se produzca otra sesión del Consejo de Ministros, que ya va siendo hora, de todas formas ahí está el 26 de julio, fecha emblemática de este proceso en la que habrá que poner la cara.