La autocensura

Reinaldo Escobar

22 de julio 2008 - 17:37

Recientemente tuve la ocasión de ser invitado a una fiesta donde había un grupo de jóvenes periodistas recién graduados. Sostuve allí una animada discusión con Frida Kahlo (era una fiesta de disfraces), quien sostenía que el principal problema de la prensa cubana no era precisamente la censura sino la autocensura.

Frida me aseguraba que en el medio donde ella trabajaba desde hacía casi dos años no había conocido a ningún periodista al que le hubieran virado para atrás un trabajo por considerarlo impublicable, que nadie era censurado y que el problema era que la gente no se atrevía a ir más lejos.

Yo, que llevaba en la cabeza los restos de una enredadera asegurando que iba disfrazado de la ceiba del Parque de la Fraternidad, me sentí tentado a contarle mi historia personal para convencerla de que la autocensura no es más que el reflejo condicionado que genera el ejercicio continuado de la censura. (¿se acuerdan de los perritos de Pavlov?) pero no quise pecar de vanidad y me limité a hacerle esta pregunta:

¿Entonces la solución sería someter a terapia a los periodistas que están sufriendo esa inexplicable patología?

Frida prefirió no responder a mi provocación y fue a saludar a Trostky que llegó en ese momento acompañado de John Lennon.

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