Una detención relámpago
En las últimas 48 horas se desató una ola de arrestos que a estas alturas no se ha podido explicar de forma razonable. La primera dificultad para entender lo ocurido es que resulta muy difícil pensar como lo hacen las fuerzas represivas. Ellos tienen su propia "lógica" y suele ser confusa.
Poco despés de saber que entre las personas detenidas se encontraba mi esposa, la bloguera Yoani Sánchez, fui a la estación policial de la calle Acosta junto al bloguer Agustín López (Dekaisone). Minutos después de preguntarle a hombres uniformados sobre la presencia de Yoani en ese lugar, vinieron otros, vestidos de civil y también uniformados y nos dijeron que estábamos detenidos.
El trámite de cacheo fue breve, nos esposaron y nos introdujeron en el auto. La patrulla arrancó y dobló en la esquina. Apenas habíamos andado 60 metros y un hombre vestido de civil detuvo el auto y ordenó que nos soltaran. Probablemente Agustín y yo hayamos protagonizado una de las más breves detenciones de estos tiempos.
La noche fue lenta y llena de noticias de otras detenciones y liberaciones. En este momento aun están tras las rejas Yaremis Flores, Antonio Rodiles y un grupo indeterminado de activistas de la sociedad civil.
Se teme que algunos puedan ser procesados y condenados.