Para empezar a perdonar
Foto de AP.
Pocas veces un crimen puede probarse al cometerse otro. A los que pusieron en duda que Yoani Sánchez fue golpeada por los esbirros de la seguridad del estado, a los que les pareció demasiado efectista una filmación donde se le ve andando con muletas y exigían documentos médicos, radiografías con fracturas, cicatrices y hematomas, a ellos, a todos los que dudaron, les pregunto si ya vieron las imágenes donde un cardumen de seres vivos vociferaba, golpeaba y escupía a un hombre que acudió a su cita puntualmente, a un hombre que solo pretendió obtener una respuesta.
Tuve una doble suerte, por una parte estaba la prensa extranjera filmándolo todo (ellos también cogieron sus ramalazos) y por otra sufrí menos la golpiza, porque una inesperada coraza de amigos* los recibió por mí. ¿Exigirán ahora certificados médicos?
El agente Rodney, o como se llame la persona a quien reté a un duelo verbal, perdió por no presentación, pero eso es ahora historia pasada. Perdió la Nación que se desacredita ante los ojos del mundo, y lo peor, perdió el pueblo, mi pobre pueblo, sobre el que quieren hacer caer la carga de fanatismo que ellos mismos alimentaron.
Al llegar a mi casa de regreso, la encontré llena de amigos, entre ellos al padre José Conrado que me dio un abrazo y un consejo que nunca olvidaré: “Perdónalos”
*Quiero citar especialmente al blogger Eugenio Leal, al opositor Silvio Benítez, al pastor Manuel Morejón y a la dama de blanco Mercedes Fresneda.
Algunas fotos de hoy: