Instrucciones para enfrentar dificultades
Cuatro son los recursos con los que cuenta una persona en Cuba (y probablemente en otros sitios) para enfrentar las dificultades que aparecen cuando tenemos que vérnosla con el aparato burocrático del estado.
El primer recurso es la disciplina, la infinita conformidad que nos conduce a volver todas las veces que se nos indica, recorrer todas, las oficinas, llenar los formularios, cumplir los requisitos y esperar. Esperar, teniendo la necesaria comprensión de las dificultades por las que atraviesa el país y teniendo también la tolerancia que se necesita para entender que hay casos priorizados, que aunque llegaron después pasan primero. Pero lo más importante, donde se define esta toma de posición, es estar permanente preparado para que el asunto no se resuelva nunca y aceptarlo, como lo más normal, como lo que es correcto.
El segundo recurso es tener una buena recomendación. Cuando el jefe dice: “atiéndeme a este compañero que es un caso de fulano” de pronto todas las puertas se abren y aparecen los formularios que no había, los turnos que estaban ocupados y hasta los insumos que el criminal bloqueo imperialista nos impide tener a mano. Resulta de la máxima importancia nunca conducirse como si nos estuvieran haciendo un favor, sino como quien está recibiendo justo lo que se merece. Se recomienda no mirar a los ojos a las personas que estaban marcando en la cola desde horas tempranas y si fuera posible, en algún momento dejar ver una muestra del poder del que supuestamente estamos investidos.
El tercer recurso es “facilitar” la gestión de los compañeros que se están ocupando del caso. Si para solucionar el problema hay dificultades con el transporte, nada más recomendable que brindarle gasolina, prestar el propio vehículo o ¿por qué no?, dar dinero para que la gente se mueva en taxi. Se facilita la gestión que procuramos cuando sacamos de la depresión a quienes se ocupan de ella. Una botella de ron, algunos productos de aseo personal que esta persona no puede comprar con su salario y que su ausencia la tiene molesta, una invitación a un restaurante o centro nocturno para que pueda desconectar y entrarle con nuevos bríos a su trabajo. Todo eso debe ofrecerse sin que parezca que estamos sobornando a nadie, solo estamos facilitando las cosas. Cuando todo se haya resuelto hay que estimular a quienes fueron eficientes con nosotros, que nunca se sabe cuando tendremos que volver al mismo sitio con otro problema.
El cuarto recurso es la protesta. Para eso uno tiene que estar bien informado sobre las leyes y reglamentos, se debe tener una voz firme y clara y la permanente disposición de escuchar los argumentos del otro con quien discutimos. Para que se resuelvan las cosas la protesta debe estar basada en los inconmovibles principios de la revolución, jamás en la suposición de que usted tiene algo parecido a derechos. Una aclaración importante: nunca proteste en los restaurantes, puede ser que le escupan la comida.
La vida, con sus infinitas variantes, suele ponernos en ocasiones en la situación de mezclar estos recursos..