Machado Ventura y la Teoría de la relatividad

Reinaldo Escobar

30 de julio 2012 - 17:19

“Los enemigos de la Revolución, tanto los de adentro como los de afuera -bajo la sombrilla de la crítica a una supuesta lentitud o poca audacia de las medidas adoptadas- ocultan sus verdaderas intenciones de restaurar el régimen de oprobio existente en Cuba hasta 1959”

La anterior cita es una de las perlas que derramó José Ramón Machado Ventura, el segundo del General Presidente, en sus palabras de resumen del acto por el 59 aniversario del 26 de julio. Su jefe le subió la parada posteriormente cuando en una improvisada intervención anunció que la mesa estaba servida para conversar con los norteamericanos, pero de eso ya se ha hablado demasiado y no pretendo llover sobre mojado.

Resulta que, según las orientaciones emanadas de la máxima instancia, ahora acelerar el paso o imprimirle audacia a las medidas adoptadas es el reflejo de una conducta contrarrevolucionaria. Porque, según se desprende, lo ideológicamente correcto es ir poco a poco, sin prisa, pero sin pausa, como repite frecuentemente Raúl Castro, el revolucionario paulatino.

En más de una ocasión he dicho que “las medidas adoptadas” van en la dirección correcta pero que carecen de la necesaria profundidad y de la velocidad adecuada. Y creo que van en la dirección correcta porque no se está dictando el cierre de los negocios privados, ni la suspensión del trabajo por cuenta propia, como se hizo en la tristemente célebre Ofensiva Revolucionaria de marzo de 1968. No se está estatalizando sino cooperativizando y de alguna manera privatizando, pero lenta y superficialmente.

A quienes pensamos que hay que acelerar, se nos acusa ahora de querer regresar al pasado. Cuando en realidad los únicos que quieren retornar a tiempos anteriores son los jefes de este proceso que muy gustosamente volverían a los años en que existía la Unión Soviética. Retornarían con beneplácito a aquellas décadas en que Cuba era un satélite subvencionado que enviaba tropas a África para complacer las apetencias geopolíticas de uno de los contendientes de la guerra fría. A cambio, apenas si recibíamos chatarra tecnológica para que el gobierno comprara nuestra lealtad política con una lavadora Aurika, un refrigerador Minsk, un televisor Krim o en el mejor de los casos un auto Lada. No es la velocidad, Machadito, sino la dirección la que conduce a un destino. La lentitud solo sirve para comprar tiempo ante lo inevitable.

“Tú no lo comprendes –me ha dicho mi hijo- ese señor cree en la máquina del tiempo, pura Teoría de la de la Relatividad: si viajas muy rápido, podrías llegar al pasado”.

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