Quién manipula tu silencio?

Reinaldo Escobar

23 de febrero 2010 - 18:58

Una de las advertencias amistosas que más reciben aquellos que se pronuncian de forma discrepante es que siempre habrá alguien dispuesto a manipular su opinión. De manera que si un cubano denuncia alguna violación de sus derechos, eso puede ser luego usado para justificar el bloqueo norteamericano, y si uno dice que sería bueno liberar a los presos políticos, eso le da argumentos a la extrema derecha dentro de la Unión Europea para mantener la posición común.

Cuando un economista devela que el país está al borde de la bancarrota le quita el entusiasmo a quienes quisieran invertir en Cuba y si a alguien se le ocurre demostrar que el sistema educacional es un fracaso, que los servicios de salud decrecen a diario y que año tras año ganamos menos competencias deportivas en la arena internacional, eso solo serviría para despojar a la revolución de su prestigio, que es su bien más preciado, pues de él depende la solidaridad internacional lo que a la larga resulta un asunto de seguridad nacional.

Sin entrar a analizar el asunto de quién tiene más culpa, el que comete los errores o el que los divulga, creo que vale la pena preguntar a los amigos que –incluso coincidiendo con nuestras críticas- insisten en hacernos estas advertencias, si nunca han pensado quién manipula su silencio.

¿En cuántas estadísticas aparecen estos silenciosos, formando parte de la mayoría que aprueba la gestión gubernamental? ¿Cuántas veces las autoridades se atreven a apretar las tuercas hasta donde se acaba la rosca justamente porque calculan que el que calla otorga y los que protesten caerán en el saco del enemigo?

La “mordaza-amor” no es otra cosa que una sublimación de la “mordaza-miedo” porque resulta mucho más elegante justificar el silencio con el argumento de la presumible manipulación, que confesar el pánico al probable encarcelamiento.

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