Otra vez la espera estoica

Reinaldo Escobar

24 de enero 2011 - 15:33

Entre los años 1986 y 1987 proliferó en nuestro país un inusitado entusiasmo por lo que estaba ocurriendo en la Unión Soviética. El semanario Novedades de Moscú, que hasta durante años se amontonaba en los estanquillos, llegó a venderse en mercado negro a un precio 20 veces mayor. En octubre de 1988 en una reunión con los estudiantes de la Escuela de Periodismo el entonces príncipe benjamín Carlos Aldana anticipaba a los inquietos muchachos que la perestroika no era bien vista por los líderes de la revolución, pero ya Pepito, el sagaz protagonista de nuestros mejores chistes políticos lo había advertido antes. “Lo de nosotros es la espera estoica”.

Han pasado más de 20 años y al cabo de ese tiempo en que nuestros dirigentes han estado meditando, se nos anuncian unos cambios cuyo principal propósito es mantener a flote el sistema socialista. En la noche del 12 de octubre de 1960, Fidel Castro anunció que 382 grandes empresas, muchas de ellas norteamericanas y “también los bancos” serían nacionalizadas. Al amanecer del día 13, los interventores estaban haciéndose presentes en cada una de las entidades confiscadas. En otro discurso, el 13 de marzo de 1968, proclamó la estatización de todos los negocios privados. Esa misma noche, desde sus lugares de acuartelamiento, salieron los nuevos administradores del “Ecochinche” (término con el que el pueblo bautizó entonces lo que podía llamarse Empresa Consolidada de Chinchales), a tomar por asalto los últimos reductos del capitalismo. El discurso no había terminado en la escalinata universitaria y ya las luces se estaban encendiendo en bares y clubes nocturnos para anunciarles a los clientes que la fiesta se daba por terminada, porque todos esos sitios se cerrarían como parte de la Ofensiva Revolucionaria.

Aquella velocidad daba vértigo, porque era el ritmo de la demolición. Todo el mundo sabe que un edificio que demora años en construirse puede ser derribado en días o hasta en horas o minutos si se usan explosivos. Ahora se trata de buscar entre los escombros para encontrar los ladrillos utilizables y eso lleva tiempo. El discurso de Raúl Castro ante la Asamblea Nacional del Poder Popular para precisar la naturaleza de los cambios que se propone fue en diciembre, el “Congreso” será en abril y luego habrá que esperar a que se instrumenten las medidas, con vista larga y pasos cortos, como dicen los que han llegado a viejos.

Pepito no aparece y a falta de su ingenio para nombrar las cosas parece que estamos otra vez en la misma espera estoica, lo que no sé es si quedará paciencia.

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