Etecsa, entre el mercado y el paternalismo

Usuarios en la actual zona wifi de Holguín. (Fernando Donate Ochoa)
Usuarios en la actual zona wifi de Holguín. (Fernando Donate Ochoa)
Reinaldo Escobar

08 de febrero 2016 - 14:51

La Habana/Aplicar las más duras reglas del mercado por un lado y presentarse como paternalista por otro es un juego que conoce bien la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (Etecsa). Mientras los beneficios a sus clientes llegan a cuentagotas, las tarifas son aplicadas a rajatabla sin la menor compasión ni relación alguna con los salarios.

Las nuevas zonas wifi que quedarán abiertas este año junto al tímido inicio en la instalación del acceso a internet desde casas particulares, apenas acallan las quejas de los clientes por los elevados costos de la telefonía celular y las deficiencias del servicio. La novedad de que las recargas de 5 CUC serán bonificadas con 10 minutos extra de conversación y 20 mensajes de texto nacionales tampoco apacigua las críticas.

Durante una conferencia de prensa, Tania Velázquez, directora central de Comercial y Mercadotecnia de Etecsa repitió que no hacen nada "con bajar de manera arbitraria los precios (...) [sin] una infraestructura para dar soporte y respuesta al incremento de la demanda que va a producirse". Una afirmación que provoca la pregunta: "¿Y qué han hecho con todo el dinero ganado a lo largo de décadas?"

Etecsa no acaba de entender que estos son clientes, no beneficiarios de un prebenda, que se quejan cuando no reciben la calidad correspondiente a las altas tarifas que están pagando

La confesión de la funcionaria evidencia que esos "principios" a los que el Gobierno apela para que los comerciantes privados bajen los precios de los productos agrícolas, no se aplican en el caso de los servicios telefónicos. Si la empresa estatal no tiene la capacidad real para mejorar los niveles de tráfico, regula el consumo a través de los altos importes.

Lo que no dijo la funcionaria, o lo que no podía decir, es que este servicio no está concebido para el beneficio de los trabajadores que ganan 500 pesos cubanos al mes, pues tendrían que usar la cuarta parte de su salario para comprar la más barata de las tarjetas de recarga.

No obstante, la clientela de telefonía celular aumenta y Cuba cerró 2015 con más de tres millones de líneas móviles, una prueba tangible de la cantidad de dinero que maneja la ciudadanía en paralelo al sistema salarial. Pero Etecsa no acaba de entender que estos son clientes, no beneficiarios de un prebenda, que se quejan cuando no reciben la calidad correspondiente a las altas tarifas que están pagando.

Es hora de que la única empresa de telefonía del país deje a un lado el contradictorio discurso de presentarse como una compañía que le hace un gran favor a los cubanos al instalar una decena de zonas wifi por todo el país. Sus precios de extorsión y su carácter de monopolio la sitúan entre lo peor de ese capitalismo salvaje que dicen abominar las autoridades cubanas.

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