Ausencia de colores

Yoani Sánchez

10 de enero 2009 - 09:33

En este cuadro impresionista que hago de mi realidad, a menudo no doy con el color preciso para cada hecho. La amplia paleta que hacen las dudas, la desilusión y cierto trasnochado optimismo, no tiene un matiz que logre representar el vacío. Cómo hago para dibujar la “nada” que se vive desde hace meses en esta Isla, el paréntesis de sucesos en el que estamos atascados. El entorno también ha perdido muchas tonalidades, como el amarillo incandescente de los rumores que no se ha vuelto a ver, pues nadie especula ya sobre las próximas medidas que aprobará Raúl Castro.

El tono marrón de la esperada y zozobrada reforma agraria no se ha convertido en el verde intenso de los vegetales y las frutas a precios más accesibles. Para qué mencionar la erradicación de la tarjeta “blanca”, que al no concretarse mantiene los tintes oscuros del absurdo migratorio cubano. En lugar de ganar en matices, sobre el caballete oficial hay una tela con el monocromático espectáculo de un solo discurso permitido. Con estos elementos, bien podría pintar un cuadro de gris sobre gris y todavía estaría siendo triunfalista.

Algunos pensarán que la visita de varios presidentes extranjeros agrega un color dorado al lienzo, pero esos trazos caen en la pintura de la cancillería y del palacio de gobierno, no sobre la tela de la vida real. Son pinceladas que se dan hacia afuera, por la mano diestra del falsificador que con unos retoques aquí y otros allá quiere autentificar los supuestos cambios. Mientras, yo sigo sin encontrar el color que exprese la inercia, que capture la desteñida realidad de un país varado en el tiempo.

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