De Gorki a Gustav
Tengo mucho que contar de lo ocurrido en estas dos últimas jornadas. Sé que están esperando los detalles de lo que pasó en el concierto del jueves, el cartel, los golpes, los arrestos, el increíble operativo policial y toda la espera activa que hicimos frente el Tribunal Municipal de Playa y que terminó con la liberación de Gorki. Solamente el juicio –en el que estuve presente para comprobar la inconsistencia de todas las acusaciones hechas al rockero– daría material para varios post. Lamentablemente, la situación climatológica en La Habana, por culpa de Gustav, no me permite salir de casa a conectarme a Internet en un lugar público. Sobre mi terraza –a catorce pisos del suelo- ya tenemos vientos fuertes y hay que comenzar a cerrar ventanas y guardar las plantas. Hoy me toca enfrentar otro ciclón.
Lo que no quiero dejar de adelantar es que nunca como en estos dos últimos días he visto coincidir y unirse la opinión pública internacional, los medios de difusión y parte de la sociedad civil cubana. Ayer hemos demostrado que el muro se puede empujar si lo hacemos juntos. Los hemos obligado a retractarse, a deshacer la injusticia y este es un antecedente muy bueno para nosotros y extremadamente peligroso para “ellos”. Internet probó que puede actuar en el caso cubano como un terreno virtual para aunar esfuerzos. Espero que a estos centímetros que logramos correr los límites le sucedan metros y metros de libertades recuperadas.