¿Qué hago yo ahí?
Junto a noventa y nueve famosos me ha puesto la revista Time en su lista de personas influyentes del 2008. A mí, que nunca me he subido a un escenario, ni a una tribuna y que mis propios vecinos no saben si “Yoani” se escribe con “h” intermedia o con “s” final. Para más sorpresa estoy en el acápite de “Héroes y pioneros”, aunque preferiría la simple categoría de “ciudadano”.
De los innumerables caminos para llegar a ese célebre listado, creo haber transitado –a pie- por el más inusual. Ese que no va apuntalado con poder económico, carisma ante las cámaras, control político o ascendencia religiosa. Sencillamente me dediqué a contar mi realidad desde el distorsionado foco de las emociones y las interrogantes. Llegué a creerme que la voz de un individuo puede empujar los muros, oponerse a las consignas y desteñir los mitos. Ahora la vanidad solo me alcanza para imaginar que los otros inscritos se estarán preguntando “¿quién es esa desconocida blogger cubana que nos acompaña?”