La moda “Y”
Acostumbrados a fabricarnos nosotros mismos todo aquello que se pierde del mercado, se vuelve inaccesible para el bolsillo o sencillamente no se vende, muchos de esta Generación Y nos hemos diseñado nuestra propia ropa. Me recuerdo ajustando los pantalones por allá por los ochenta y, años después, agregándole piezas de tela para que tuvieran patas de elefante. Hasta el día de hoy, una buena parte de mis atuendos ha soportado los torpes conocimientos de costura que poseo.
Junto a las improvisadas profesiones de mecánicos y electricistas, muchos cubanos tenemos también algo de modistos. Especialmente los que llegamos a la adolescencia con el fenecer del mercado racionado de productos industriales y con el surgimiento de las tiendas en divisas. Estas últimas, exhiben en las vidrieras un montón de modelos que aprendimos a “copiar”.
A nadie le molestará entonces si hago mis propios pulóveres con motivo de esta penúltima letra del abecedario. Sobre todo porque en medio de tantos llamados a sustituir importaciones, esto me evita pagar los excesivos precios de estar a la moda.
Les dejo aquí una guía rápida de los recursos que usé y la secuencia para la creación de los trapos alegóricos.
1. No me desgasté buscando lo adecuado, sino que probé lo que tenía a mano: un pulóver usado, una plantilla hecha en cartulina y un spray de pintura, de esos que se usan para retocar el refrigerador o hacer un grafiti.
2. La plantilla me llevó bastante tiempo, pero después de hecha ya puedo empezar la producción en “serie”. Sólo hay que ponerla sobre el pulóver, y fijarla con cinta adhesiva.
3. El momento para aplicar la pintura parece muy divertido, pero puede terminar con una rodilla, la pared y un trozo de zapato coloreados.
4. Al final les muestro la nueva prenda. Si mañana la lavo y se le cae la pintura, no importa, ya salió en la foto.
Ya saben muchachos: cada cual que se cuelgue la letra que quiera.