Los motivos de Eliécer
Como en sorda lucha, habló el animalla boca espumosa y el ojo fatal:-“Hermano Francisco, no te acerques mucho…”Rubén Darío - "Los motivos del lobo"
Vía email me enviaron las entrevistas dadas por Eliécer Ávila, estudiante de la UCI, a Cubaencuentro y Kaos en la Red. Al leer ambas supe que no serían publicadas en ningún medio de difusión dentro de la Isla, pues hay opiniones –compartidas por la mayoría– que nuestros periódicos prefieren ignorar. El joven tunero ha quedado reducido al espacio de Internet, como aquel video de su encontronazo con el Presidente de la Asamblea Nacional, circuló sólo por los caminos alternativos. No obstante, los cubanos contamos con una especie de Web 4.0 que no necesita cables, ni módem y puede prescindir hasta de la computadora. De ahí que esta semana ya toda la Habana sabía de la conversación de Eliécer con un periodista independiente. La información es, cada día, arena más fina que se escurre entre los dedos de los censores.
Algunos ven a este tunero de verbo preciso, como la punta de una conspiración para “abducir” a los jóvenes más críticos. Les confieso que estoy hastiada de esas manías de percibir en cada acción un complot perfectamente calculado. No creo que nuestros gobernantes puedan organizarlo todo, ni jugar ese ajedrez político del que se les cree capaz. Mucho menos en estos momentos donde al tablero se le han borrado las casillas y la mesa está coja de al menos tres patas. Me resisto a ver en cada suceso los hilos que lo llevan irremediablemente a las manos de la Seguridad del Estado. Creer eso sería pensar que son omnipresentes, que lo saben todo y -por suerte- esa es una cualidad que sólo ostenta Dios.
Prefiero especular que sí, que Eliécer es sincero en sus planteamientos. Que es un joven como tantos, inconforme con la dualidad monetaria, con los abusos de poder, con la gerontocracia que nos gobierna. Uno que con la llaneza campesina de llamar a las cosas por su nombre y que cree poder cambiar, desde adentro, el sistema que terminará devorándolo. La que no es sana, franca u honesta es la realidad donde se inscribe este estudiante de informática. Una sociedad donde los muchachos de Porno para Ricardo no pueden presentarse en un concierto, donde varios blogs y páginas webs están bloqueados y al que opina diferente se le acusa de agente de la CIA, tiene las trazas de una conspiración largamente meditada –y aquí sí que me pongo paranoica– para despojarnos del derecho a disentir.
El inquieto joven se presentó, ante Ricardo Alarcón, como integrante de la “Operación Verdad” que monitorea Internet y contrarresta las opiniones antagónicas al proceso cubano. Lo cual lo hace víctima y verdugo de la falta de espacios para la pluralidad y el debate. Que me disculpe Eliécer Ávila, pero entrar a la red desde un PC institucional y con la orientación de neutralizar ideas divergentes, es actuar –usando su propia metáfora– como esos “que manejan un camión grande se creen dueños de la vía, no respetan el derecho ajeno, porque saben que si se meten con ellos, el que lo haga saldrá muy mal parado”.