Cosa de albañiles

Yoani Sánchez

01 de septiembre 2009 - 09:32

Es tan fácil ir a parar a una prisión, tan corto el camino que lleva a la celda, que todos somos –potencialmente– reos que rondan los centros penitenciarios. Un pedazo de carne de res comprado en el mercado negro, un par de sacos de cemento adquiridos a un vendedor informal, una hoja de papel impresa y distribuida entre un grupo de amigos o una reunión furtiva para hablar del futuro, podrían conducirnos a esas cárceles de techo bajo, columnas de concreto y fotos de mártires en el comedor. La libertad suele ser considerada un concepto abstracto, de difícil representación o definición, asunto de filósofos; la prisión, en cambio, es cosa de albañiles, fundidores y cerrajeros. Resulta relativamente fácil construir una cárcel, lo difícil es perfilar los contornos de la libertad.

P.D: Les dejo algunas fotos de los muros que rodean la prisión de Canaleta, en Ciego de Ávila. Allí tengo varios amigos, en su mayoría periodistas independientes encerrados desde la Primavera Negra de 2003. Algunos de ellos nos dictan a varios bloggers –como Claudia Cadelo, Iván García, Reinaldo Escobar y yo– noticias por teléfono para que las colguemos en Internet. Eso me lleva a pensar que no hay rejas que encierren la opinión y que el ciberespacio tiene la capacidad –también– de colarse por entre los ladrillos y la argamasa de estos lúgubres lugares.

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