Enseñar con humor

Yoani Sánchez

26 de noviembre 2013 - 19:08

Espabilao, la última entrega del equipo Quimbumbia

Tuve una larga discusión con un amigo sobre la genialidad o no de cierto personaje político. Él insistía en que poder repetir largas citas textuales, recordar fechas y nombres de figuras históricas era muestra de la brillantez del susodicho. Sin embargo, le apunté, jamás lo he escuchado hacer una broma, ni una ironía bien lograda. Le falta humor -rematé- y el humor es evidencia de que se tiene un elevado intelecto. Siempre he creído que provocar una sonrisa en otros es algo más difícil que generar fanatismos en una multitud. No sólo en el caso de las figuras públicas, también en la educación. Enseñar de una manera divertida puede ayudar a conectar mejor con los estudiantes. Tendemos a recordar más aquello que aprendimos con diversión, que lo cansinamente predecible. 

Ese es el caso de los conocimientos sobre seguridad informática que nos llegan a través del nuevo videojuego Espabilao. El grupo de desarrolladores cubanos Quimbumbia ha puesto a disposición de los ciudadanos de la Isla, este divertimento sumamente instructivo. La historia es la de Pix, un robot que debe proteger los datos personales que su ingenuo dueño, Ale, ha dejado regados en Internet. Las tareas del protagonista se centran en mejorar la potencia de contraseñas, detectar a tiempo los sitios web que podrían capturar información privada y eliminar los riesgos al navegar. Una historia hecha con humor y picardía, pero también con años de conocimiento acumulado por internautas, activistas digitales y usuarios del ciberespacio. Aprender con picaresca y retos aparentemente lúdicos, pero que derivarán en efectos muy necesarios y serios.

Después de conocer el proyecto Quimbumbia y su última entrega Espabilao, ahora ya tengo más elemento para convencer a mi escéptico amigo. ¿Ves? -le diré ahora- que ni la agudeza tiene que ser tan aburridamente sobria, ni la docencia tan cercana al bostezo. Probablemente él seguirá con sus ejemplos de oradores ampulosos y estadistas que apabullan con estadísticas. Sin embargo, yo prefiero la práctica ocurrencia de Pix... esa risa con que acompaña lo que nos enseña y lo deja indeleblemente grabado en nuestra memoria. El humor, sigo pensando, es la muestra más acabada del genio humano.... por eso se les da tan mal a los mediocres y a los autoritarios.

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