El Mercado de Cuatro Caminos cierra hasta la próxima semana por "indisciplina" social

Cuatro Caminos es uno de los puntos neurálgicos de La Habana y no solo por su importancia comercial, sino también urbana.

En el segundo piso se halla ahora la venta de útiles para el hogar, ferretería y equipos electrodomésticos, además de una cafetería, un buró de información y una oficina para recibir remesas a través de la Western Union. (Migue Ro./Twitter)
En el segundo piso se halla ahora la venta de útiles para el hogar, ferretería y equipos electrodomésticos, además de una cafetería, un buró de información y una oficina para recibir remesas a través de la Western Union. (Migue Ro./Twitter)
14ymedio

17 de noviembre 2019 - 00:00

La Habana/La que iba a ser la inauguración comercial más importante por el medio milenio de La Habana ha quedado empañada tras el anuncio de cierre de la Plaza de Cuatro Caminos tras la primera jornada de su reapertura al público. La llegada de miles de personas al lugar desde las primeras horas de este sábado desbordó la infraestructura del más importante mercado de la capital cubana.

Gente corriendo por los pasillos para alcanzar los primeros puestos ante alguna de las tiendas interiores, al menos una mujer con un brazo fracturado, dos puertas destrozadas por la multitud, empujones que hicieron caer a varios ancianos, estantes derrumbados y múltiples quejas caracterizaron la primera jornada tras el reinicio de las ventas al público en el imponente edificio, según pudo confirmar 14ymedio.

A bombo y platillo se había anunciado con semanas de antelación la reapertura del también conocido como Mercado Único, tras una profunda restauración del antiguo edificio. Pero la muchedumbre que aguardaba para comprar algunos productos deficitarios en el resto de las tiendas de la ciudad colapsó el lugar y obligó a las autoridades a cerrarlo por unos días.

Una nota de la dirección del mercado firmada por su gerente general, Ania Peralta de Armas, y publicada en la cuenta de Facebook de la Corporación CIMEX, anunció el cierre "ante la masividad de público"

Pocas horas después de abrir sus puertas, una nota de la dirección del mercado firmada por su gerente general, Ania Peralta de Armas, y publicada en la cuenta de Facebook de la Corporación CIMEX, anunció el cierre "ante la masividad de público". La Plaza recesa sus servicios hasta "la próxima semana", agrega el texto. "Es correcta la decisión como resultado de la indisciplina y el maltrato a la instalación", justificó la entidad en respuesta a un comentarista.

"El jueves en el noticiero de la televisión mostraron la parte de la carnicería y se veía que estaba muy bien surtida así que mi mamá y yo nos organizamos para amanecer bien temprano aquí", contó a este diario Dagmara Ruiz, una habanera residente en la cercana barriada de Los Sitios. Llegamos a las seis de la mañana y aunque la madrugada estaba algo fría ya había bastante gente haciendo cola".

Cuatro Caminos es uno de los puntos neurálgicos de La Habana y no solo por su importancia comercial, sino también urbana. Con una gran densidad poblacional en los alrededores, el mercado ubicado en las calles Monte, Cristina, Arroyo y Matadero, ha sido por décadas la fuente de subsistencia principal de cientos de familias, transportistas y vendedores que habitan en los alrededores.

Este 16 de noviembre, en la jornada del aniversario 500 de La Habana, en la medida en que se acercaba el horario de apertura "empezó a desorganizarse la cola y la policía se puso muy pesada", lamenta. "Todo esto era de esperar porque las tiendas están muy desabastecidas y la gente está desesperada buscando algunos productos que no hay en ningún lado". Ruiz pone como ejemplo "la pechuga de pollo, el detergente, el puré de tomate y el papel sanitario".

Hace solo dos días el periódico ‘Granma’ describió el mercado como un sitio en el que se mezclan "modernidad y tradición"

Hace solo dos días el periódico Granma describió el mercado como un sitio en el que se mezclan "modernidad y tradición". El diario oficial aseguró que el local estaría abierto este sábado desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la noche. Los clientes podrían comprar una oferta variada que iba desde equipos electrodomésticos, pasando por cárnicos, hasta llegar a frutas y hortalizas.

Pero la experiencia que vivió Yondiel, de 28 años y vecino del reparto Mulgoba, fue bien diferente. El joven perdió su cartera en el tumulto a las afueras de la Plaza después de esperar por casi cinco horas para poder acceder. "Hubo varias broncas y a pesar de que había patrullas con policías alrededor todo el mundo estaba muy ansioso".

"El problema es que recogieron mucha de la mercancía que había en otras tiendas para traerla para acá y en el mercado de Boyeros y Camagüey las neveras están vacías", agrega. "Por eso tuvimos que venir hasta aquí a buscar salchichas y algo de pollo".

El casi centenario coloso arquitectónico, construido en 1920, estuvo cerrado desde febrero de 2014 y fue sometido a una restauración para devolverle parte del antiguo esplendor. Con la restauración sus dos plantas quedaron operativas, la primera dedicada a los almacenes y neveras, la carnicería, un mercado agropecuario y una tienda de conservas enlatadas.

En el segundo piso se halla ahora la venta de útiles para el hogar, ferretería y equipos electrodomésticos, además de una cafetería, un buró de información y una oficina para recibir remesas a través de la Western Union.

"Mucha indisciplina social y mucha desconsideración", así define una habanera que llegó con su madre septuagenaria al lugar esta mañana. "Tuve que salir porque iban a tumbar a mi mamá, la gente estaba como loca tratando de entrar a las tiendas y de llenar las cestas con comida", explica a este diario.

Los vecinos de las cercanías de la Plaza de Cuatro Caminos, que han vivido por más de un lustro esperando la reapertura de un local comercial que era el corazón del barrio, no se asombran demasiado por lo sucedido este sábado. "Se veía venir, porque lo habían anunciado mucho en la televisión y habían sacado los estantes llenos y mucha variedad de alimentos", reconoce un residente de una calle vecina que habilitó la sala de su casa como un parqueo para bicicletas y motorinas de los clientes.

"Este mercado siempre ha tenido el problema de que no hay suficiente parqueo alrededor para la cantidad de clientes que pueden llegar en un día". Ahora, con el auge de las motos eléctricas que han comenzado a venderse incluso en las recién abiertas tiendas en divisas, "hay mucha gente interesada en venir a comprar y no perder la motorina en el intento", ironiza.

El vecino cuenta parte de lo sucedido en la primera jornada de apertura del célebre mercado. "Era como un río humano y en la medida que abrieron algunas entradas la gente entraba corriendo".

El vecino cuenta parte de lo sucedido en la primera jornada de apertura del célebre mercado. "Era como un río humano y en la medida que abrieron algunas entradas la gente entraba corriendo"

En la planta superior, las hermanas Katia y Karla hicieron la cola para entrar al departamento de electrodomésticos pero pasado el mediodía decidieron retirarse del lugar porque "había mucha gente y todo iba muy lento". Nacidas a finales del siglo pasado, las dos jóvenes recuerdan la plaza de Cuatro Caminos que conocieron siendo niñas.

"Es como si hubieran cambiado un lugar por otro, aquel era sucio y lleno de moscas y este parece estar en otro país, todo limpio e iluminado", comenta a 14ymedio Katia. Sin embargo, teme que "esto es nada más que para la inauguración porque es muy difícil mantener algo así sin gastar mucho dinero cada día en reparación y mantenimiento", opina.

Las jóvenes ponen como ejemplo la ferretería de Trasval, en la calle Galiano y ubicada en un antiguo edificio de la cadena Woolworth o Ten Cent. "Cuando la inauguraron estaba espectacular pero ahora no vale la pena ni entrar: el aire acondicionado apenas funciona, el piso está roto en varios lugares y la oferta de mercancías es muy pobre", agrega Katia.

El temor a que la Plaza de Cuatro Caminos pierda "fijador", como popularmente se le llama a la estabilidad o permanencia de la calidad, es algo compartido y que contribuyó a aumentar la avalancha de clientes de este sábado en que el local permaneció abierto hasta pasadas las siete de la noche. "Si no lo compro hoy no sé si habrá mañana", repitió al menos tres veces una anciana que llegó en busca de picadillo de res.

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