En Cuba los muertos van en ataúdes blancos por falta de tela negra

"El ataúd es lo que se ve, pero hay muchos otros problemas en los que nadie repara hasta que te toca correr con los trámites de un funeral"

Un ataúd es trasladado a un cementerio en Santiago de Cuba (Agosto de 2021). (Jorge Carlos Estévez García/Facebook)
Un ataúd es trasladado a un cementerio en Santiago de Cuba en agosto de 2021. (Jorge Carlos Estévez García/Facebook)
Juan Diego Rodríguez/ Natalia López Moya

08 de agosto 2021 - 18:08

La Habana/Una imagen invade las redes sociales desde el aumento imparable de los decesos por covid: la de féretros blancos, un color muy inusual en Cuba, donde el gris y el negro reinaban hasta ahora en los funerales."No queda tela negra", contestan a 14ymedio los empleados de las casas funerarias de varias provincias.

La pandemia ha obligado a echar mano de diferentes materiales ante el aumento de defunciones. La empresa estatal de Servicios Comunales debe ingeniárselas por todo el país para conseguir la madera, el cartón y "el vestido de tela de la caja", una improvisación que provoca malestar entre las familias de los fallecidos.

"Ahora todos son de mala calidad", lamentaba este viernes el familiar de un fallecido que aguardaba por ser trasladado desde la funeraria La Nacional en La Habana hasta el Cementerio de Colón.

El repunte de muertes por covid-19 ha golpeado especialmente a todos los insumos relacionados con el velatorio y el entierro: féretros, coronas de flores, cintas con dedicatorias, lápidas y hasta nichos para depositar los restos mortales.

La empresa estatal de Servicios Comunales debe ingeniárselas por todo el país para conseguir la madera, el cartón y "el vestido de tela de la caja"

"La caja casi no se podía cargar porque parecía que se iba a desarmar", cuenta a 14ymedio Margarita Luaces, hermana de un enfermo de covid-19 fallecido el pasado mes de julio en Morón, Ciego de Ávila. "Era una armadura de mala madera, forrada en tela y el fondo de un cartón muy fino, teníamos miedo de que se nos cayera el cadáver".

"El de mi hermano era un ataúd blanco, algo que nos chocó porque no era lo más común pero nos dijeron que era la tela que tenían disponible, tampoco tenía ninguno de los ornamentos metálicos que antes se les ponían y en cuanto lo bajaron a la fosa se abrió por una esquina, fue una imagen terrible", añade.

"Los ataúdes para adulto, modelo 900, se están forrando con la tela que aparezca, lo mismo blanco, que azul, la que haya", confirma a este diario un empleado funerario de Ciego de Ávila, la provincia que se ha convertido recientemente en uno de los epicentros del covid en Cuba y con los cementerios abarrotados diariamente con nuevos enterramientos.

Así sucede también en la vecina Sancti Spíritus. "Tenemos problemas con las puntillas para colocar el forro, así que las cajas están saliendo con menos", reconoce una empleada de la empresa Producciones Varias. "Los apagones nos afectan mucho, no se puede usar la sierra para cortar los listones y hay que hacerlo con machete", añade.

"Si el familiar me trae la tela le forro la caja a su gusto, pero casi nadie tiene tiempo para traer nada porque, entre que se le muere el pariente y las prisas por enterrarlo, no da tiempo a nada", explica esta trabajadora con más de dos décadas de experiencia en el sector. "Los sacan directo del hospital para el cementerio en la mayoría de los casos".

"El de mi hermano era un ataúd blanco, algo que nos chocó porque no era lo más común pero nos dijeron que era la tela que tenían disponible"

Numerosos videos y fotografías de féretros de muy mala calidad llegando a los cementerios han empezado a circular en las últimas semanas en las redes sociales. Las denuncias de fosas comunes, el mal olor en los alrededores de los cementerios y las ampliaciones de necrópolis, han volcado las miradas hacia los servicios fúnebres.

"Tradicionalmente aquí solo se usan ataúdes blancos para depositar los restos de niños pequeños y personas con síndrome de Down", explica a 14ymedio un empleado de la funeraria de calle 37, entre 60 y 62, en Cienfuegos. Sin embargo, el trabajador de Comunales no descarta que pronto tengan que echar mano de otros tonos ante el alza de defunciones.

Pero no solo ha debido improvisarse con los colores. "Mandé a hacer una corona para mi abuelo que falleció de un ataque al corazón y solo tenía seis flores y todo lo demás eran hojas, tampoco tenían cinta para poner una dedicatoria así que tuvimos que cortar unas cortinas para hacerle unos lazos bonitos", lamentaba este sábado una joven en la funeraria Marcos Abreu, de la calle Zanja esquina con Belascoaín en La Habana.

En el amplio local, ese día los ataúdes eran mixtos, con partes en tela oscura y otra de tela blanca, y todos los cuerpos que se velaban habían muerto de otras causas, según precisó una empleada. "En los casos de entierro van en su caja, pero al crematorio ya están saliendo en bolsas porque la demanda de ataúdes es muy alta y no hay materiales", reconoce bajo anonimato la empleada.

En otra importante funeraria de la capital cubana, La Nacional, los trabajadores confirman que la situación es tensa y los ataúdes con los que cuentan son de muy mala calidad, con partes forradas de oscuro y otras de blanco. "Los fallecidos por covid aquí en La Habana van en bolsas directo al crematorio, no pasan por ataúd".

"El ataúd es lo que se ve, como las coronas de flores, pero hay muchos otros problemas en los que nadie repara hasta que te toca correr con los trámites de un funeral", detalla Mónica Estrada, hermana de una fallecida por un accidente cerebrovascular en Morón. "Ni café había en la funeraria para venderle a los dolientes".

"Cuando llegas al cementerio es otro problema, porque hay muchas familias llorando por lo rápido que ha sido todo"

"Los carros fúnebres no dan abasto y un trabajador por cuenta propia que vive detrás del cementerio y se dedica a hacer lozas y gravan la inscripción escogida por la familia, me dijo que tiene una lista de espera hasta septiembre porque se le han disparado los pedidos y no tiene material", añade. "Así que a mi hermana la tuvimos que enterrar sin una marca ni nada en el lugar".

"Cuando llegas al cementerio es otro problema, porque hay muchas familias llorando por lo rápido que ha sido todo y otras que van a sacar de sus panteones familiares los restos de algún pariente muerto hace tiempo, para abrirle espacio al que recién falleció", cuenta Estrada. "Hay que quitar a un muerto para poner otro porque no hay espacio".

En febrero pasado se dio a conocer que las autoridades cubanas estaban en conversaciones con Industrias VEQ, una de las compañías fabricantes del EcoAtaúd, que se produce en México a un precio muy inferior al tradicional de madera. El féretro está elaborado con polialuminio, un material que proviene de los envases con la mezcla de dos materias primas, un 70% de plástico y un 30% de una capa fina de aluminio.

Este medio habló con la empresa en la capital mexicana pero el empleado no pudo confirmar si ese contrato llegó a firmarse y si esos ataúdes han llegado a la Isla.

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