Improvisan un altar en una calle de La Habana para rendir homenaje a un joven asesinado

Malcolm Álvarez Espinosa fue apuñalado en la puerta de su casa, según cuentan vecinos de Cayo Hueso

La cantidad de flores y de mensajes alrededor de las fotos de Malcolm demuestran el aprecio que los vecinos del barrio le tenían. (14ymedio)
La cantidad de flores y de mensajes alrededor de las fotos de Malcolm demuestran el aprecio que los vecinos del barrio le tenían. (14ymedio)
Juan Diego Rodríguez

11 de febrero 2022 - 21:24

La Habana/Una pared con fotos, mensajes, flores y velas llama la atención este viernes en la calle San Lázaro, entre Marina y Soledad, en el barrio habanero de Cayo Hueso. El altar improvisado está dedicado al joven Malcolm Álvarez Espinosa, alias Markito, asesinado de una puñalada en la misma puerta de su casa el pasado miércoles por la noche.

Según cuentan los vecinos de esa zona de Centro Habana, el homicidio fue un "ajuste de cuentas". "Hubo una discusión previa y luego lo apuñalaron", dice una residente de la calle que prefiere el anonimato. Los amigos de la víctima lamentan su muerte en las redes sociales y no dudan en dar los apodos de los dos supuestos asesinos, que según una fuente cercana a la víctima, fueron detenidos por la policía pocas horas después.

La muerte violenta de Malcolm ha sorprendido a sus numerosos amigos, cuyos mensajes parecen indicar su pertenencia a los durakos o duräkitos, una tribu urbana pacífica que se reúne en teams (grupos), viste de manera peculiar, baila a ritmo de reguetón y tiene mucha presencia en las redes sociales. Consumen más gigas que drogas.

"Sentimos mucha consternación", decía a este diario otro vecino que se detuvo ante el muro para dejar su homenaje

"Te voy a extrañar", "te tendré siempre presente", "perdón por mi egoísmo, pero sabiendo que estás con Dios, prefiero que estés con nosotros", eran algunas de las palabras pintadas alrededor de varias imágenes de Malcolm, tomadas a distintas edades. El joven tenía 24 años.

La prensa no se ha hecho eco de este asesinato, pero los mensajes se han multiplicado en redes sociales.

La calidez de todos ellos evidencian que era un muchacho apreciado en la barriada. Su madre, Catalina Espinosa, es trabajadora del hospital Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, y en su muro de Facebook decenas de amigos dejaron numerosas condolencias por la muerte del joven.

"Sentimos mucha consternación", decía a este diario otro vecino que se detuvo ante el muro para dejar su homenaje.

"Una madre sufriendo, amigos preguntándose qué pasó, cómo pasó, quién lo causó, pero ya eso de nada vale, mi hermano del alma", escribe en Facebook el usuario Torito Jalapeño, quien se dirige a "los causantes": "El karma existe y podrán correr pero no esconderse. Van a morir con una culpa en el interior que no los va a dejar vivir", porque, argumenta, "mataron a un chamaco joven que no se metía con nadie y no le debía nada a nadie".

Pese a que el Gobierno declaró recientemente que la ola de sucesos violentos reportados en redes y medios independientes son "noticias falsas", la violencia es creciente. En lo que toca a agresiones entre jóvenes, muchos de ellos pertenecientes a pandillas, La Habana las ha visto crecer también en los últimos años.

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